1- Nunca he sido un gran seguidor de The Cure, sin embargo pienso que es una de las mejores bandas de la historia del Reino Unido.
2- Cuando tenía 15 y 16 años miraba mal a los pocos chicos de mi clase que llevaban sus carpetas forradas con fotos de The Cure (o The Smiths…), pensaba que los tipos eran pura pose y que esa música que decían escuchar era una mariconada que nada tenía que ver con el verdadero rock (en realidad sólo conocía el “Boys Don’t Cry” y el “Close To Me” y encima me gustaban). Pero lo cierto es que me caían mal porque eran muy guays y las tías increíblemente parecían hacerles más caso a ellos que a mí.
3- Con el paso del tiempo afortunadamente fui abriendo mis gustos y liberándome de mis prejuicios (aunque eso, inexplicablemente, no fue inmediatamente acompañado de mayor éxito con las mujeres) y comencé a adentrarme, entre otras cosas y felizmente, en la discografía de The Cure.
4- No tengo ni he escuchado todos los discos de The Cure, ni mucho menos, pero sin embargo cuando echo un vistazo a mi colección observo (con cierto asombro) que ya no me bastan los dedos de una mano para contar los discos de The Cure que hay en ella.
5- Muy pocos discos de The Cure me parecen redondos, pero en todos ellos hay canciones que me fascinan, y la lista sigue creciendo, pues cuanto más los escucho más matices descubro, más me gustan y más los admiro.
Todo esto viene a cuento porque ayer de manera inesperada me topé en la televisión con un resumen de una hora de los mejores momentos del "The Cure: Trilogy (Live In The Tempodrom Berlin November 2002)", que me dejó literalmente pegado a la butaca, con la boca abierta y alucinado de lo bueno que era. Para quien no conozca el “Trilogy”, como era mi caso, decir que es un doble DVD en vivo que recoge sendos conciertos que la banda británica ofreció en la ciudad de Berlín los días 11 y 12 de noviembre de 2002, en los que interpretó en toda su integridad y de manera consecutiva tres álbumes que según Robert Smith constituyen una trilogía: “Pornography” (1982), “Disintegration” (1989) y “Bloodflowers” (2000). Y la verdad es que tiene sentido lo de la trilogía, pero no sólo porque efectivamente se podría considerar al conjunto de esos tres trabajos como la trilogía de la oscuridad de The Cure por el tono que los envuelve de principio a fin, sino también porque, a mi juicio, estos son los tres trabajos más completos y compactos de la banda de Crawley, vamos, los que a mí más me gustan. Por lo que ya os podéis imaginar mi sorpresa y placer al descubrir la existencia semejante artefacto en el que la banda británica interpreta íntegramente esos trabajos y además de una manera magistral en la que todo encaja, las luces, el sonido, las canciones y los músicos, para que el resultado final sea un completo deleite para el espectador. Desde luego me voy a hacer con ella apenas pueda, y evidentemente, algún día caerá una entrada sobre este “The Cure: Trilogy”. Pero no será hoy, sencillamente porque aun no la tengo y quiero disfrutarla y paladearla en toda su integridad antes de hablar de manera más extensa sobre ella.
Lo que traigo hoy es sencillamente una modesta entradita sobre The Cure, que hasta ahora no había hecho ninguna y lo de ayer me hizo caer en la cuenta de que ya iba siendo hora. Así que ahí van dos de mis temas favoritos de la banda de Robert Smith, dos de sus canciones más conocidas, "Lovesong" y "Friday I'm In Love", misma temática tratada en ambas de manera tan dispar como magistral: oscuridad y luminosidad envolventes para hablar del amor. Ambas me encantan y atrapan por igual. Por cierto uno de los vídeos corresponde al "Trilogy", supongo que ya adivináis cuál.
Canciones:
1. "Lovesong" - Disitegration (1989)
2. "Friday I'm In Love" - Wish (1992)