Santorini no siempre fue tal y como lo conocemos. Es una isla resultante de la erupción minoica; Una explosión volcánica que destruyó sus primeros asentamientos en la Edad de Bronce y causó un cambio climático en la zona del Mediterráneo oriental . Fue una de las mayores erupciones sobre la tierra en los últimos miles de años haciendo desaparecer gran parte del territorio de la antigua isla.
Como el costa no puede acercarse a la isla, tuvimos que ir en barcos auxiliares lo que me gustó muchísimo. Al llegar al puerto te envuelve un olor extraño que nadie me citó en ningún post que leí y veo al menos curioso mencionar. Huele a burro, no es desagradable, te acostumbras y ya está.
Hay dos formas de subir si llegas desde el mar: en teleférico o en burro. Subimos en teleférico porque no íbamos a subir en burro con la que estaba cayendo y encima maltratando a la pobre criatura.
Aquí podéis apreciar cómo estos ciudadanos están padeciendo y pasando calamidades. No les podía envidiar porque el crucero que se llevó este cuerpo para mí se queda, pero cuando pasé por ahí sólo pensé una cosa: volveré.
La cruzcampo de los griegos es la cerveza Mythos, es suave pero tiene más sabor que la Coronita. Como veis aprovechamos para probar la ensalada griega y el pulpo a la leña que estaba memorable. Por todo el Egeo ofertaban estos platos y en ninguna de las islas decepcionó.