Lejos de tener un historial tanto como jugador como entrenador que mereciera una confianza inicial (le vi como un ‘interino’ tras el Mundial de 2006) es innegable que se ha ganado ya no sólo por sus buenos resultados en los grandes torneos sino por el estilo atractivo que ha otorgado al equipo, que personalmente me recuerda a la mejor Alemania de principios de los noventa.
Sólo el haberse cruzado con España primero en la final de la Eurocopa y después en la semifinal del Mundial les ha privado de una gloria mayor.
Hay quien pensará que con los jugadores que tiene a su disposición no es muy complicado que un equipo del peso histórico como el germano no saque los partidos adelante, pero Löw, más allá de las variantes tácticas que pueda haber aportado a este equipo, ha hecho algo que no muchos seleccionadores serían capaces de hacer: apostar por los jóvenes. Con la suerte (o con el ojo) de que estos le han contestado en el campo.
Viendo lo que va criando Alemania en categorías inferiores ¿Cómo no seguir apostando por un entrenador que les dará la alternativa tan pronto los vea preparados?