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El fin de semana de la BLC nosotros no pudimos subir a Madrid por motivos académicos así que decidimos pasar el sábado tres juntos y no lo pasamos nada mal. Merendamos cañas y batido, nos reímos un montón, charlamos, nos sacamos fotos preciosas y me prestó este libro. El tema del patinaje me encanta pero es que Fran estaba enamorado del libro y de Virginia así que decidí cogérmelo para leer. Así que mi primer recuerdo es de ese sábado tan brutal que pasamos.
La mayoría del libro lo leí el domingo cuatro y recuerdo a la perfección ir con ideas preconcebidas pero Virginia me cerró la boca en un segundo así que me dediqué a disfrutar. Y madre mía, el domingo de fangirleo intenso. No sé si resulté plasta a alguien ese día pero me dio igual porque esas semanas fueron muy duras para mí por las oposiciones, estaba muy desanimada por motivos que no vienen al caso, así que leer a Virginia fue el oxígeno que necesitaba mi cerebro para airearse y desconectar. Fue mi rato de paz. Era empezar a leer y dejar de pensar en todo lo que me preocupaba, además el libro tenía unas frases que me inspiraron un montón.
Así que sí, el libro fue un grandísimo compañero de bajón opositoril y nunca se lo agradeceré lo suficiente a Virginia. También me recuerda al sábado diecinueve que se lo devolví a Fran. Y claro, aunque me quedaba ya sin libro no puedo evitar asociarlo a la comida que tuvimos con mis padres en La Tagliatella y bueno, aunque me despedí del libro y sus personajes fue un buen día. Pero la cosa no se quedó ahí.
Como muchxs ya sabréis, el ocho de agosto me planté en Adra para estar con Fran en su cumpleaños así que ese día nos dimos los regalos (siento lo pelma que fuimos pero en realidad os divertisteis un montón con los comentarios fijo JAJAJAJAJ). ¿Y qué me regaló Fran? Pues el tarro de cosas buenas que tiene Hanna. Así que lo tengo en mi escritorio y cada vez que encuentro algo que me hace feliz va religiosamente al tarro, cosa que para las opos es un puntazo. El sábado doce nos plantamos en La Tarara y en cuanto vi que estaba Tan solo un segundo (cuando lo acabé supe que lo quería tener en mi estantería pero no lo encontraba por ningún lado :_ ) lo cogí para mí.
Así que Virginia, tu libro me recuerda a Fran, a mi cumpleaños, a una tarde divertidísima, a mi oxígeno en los bajones opositores. Tu libro es mi verano de veinticuatro años.
No sé vosotrxs pero para mí esta es la magia de los libros, cuando un libro te encanta y te recuerda a tantas cosas que te hicieron feliz y a una persona que quieres con locura. Tan solo un segundo fue una de las mejores lecturas de mi año acompañado de mis mejores recuerdos.
Así que gracias Virginia por ese regalo inesperado. Y gracias Fran por prestármelo.
¿Habéis leído el libro? ¿Me regaláis otro recuerdo a cambio?