Un perro mestizo de pastor alemán de 12 años de edad llamado Lucca, fue condecorado este mes con una medalla en Londres por su participación en operaciones militares desarrolladas en Afganistán, durante las cuales sufrió heridas que hicieron que le tuvieran que amputar una pata.
Lucca participó en más de 400 misiones con el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos durante sus seis años de servicio. Además cuenta con el Corazón Púrpura, una condecoración de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos a aquellos que fueron heridos o muertos en acto de servicio.
El valiente perro recibió este mes la más alta condecoración militar del Reino Unido que se concede a un animal, por el valor y devoción al deber demostrada durante los conflictos militares, y su lema es - "También servimos".
Chris Willingham, su entrenador y actual propietario junto a Lucca.
"Nuestras vidas están, literalmente, en manos de estos animales", dijo el sargento Chris Willingham, el dueño de Lucca, que originalmente lo entrenó como perro de las fuerzas armadas. "Fue sorprendente ver lo resistente que era y lo bien que hacía su trabajo. Ya fuera a través de un incendio, durante ataques de mortero, o detectando artefactos explosivos improvisados, IEDs."
Los artefactos explosivos improvisados, o dispositivos explosivos improvisados, fueron considerados las principales causas de muerte de las fuerzas de la coalición en Irak y Afganistán antes de que comenzara la retirada de las tropas estadounidenses. Durante sus casi seis años de servicio militar, Lucca participó en más de 400 misiones en esas dos naciones, y se ganó un Corazón Púrpura por su valentía.
"Un equipo de perros bien entrenados es una de las mejores medidas de respuesta que se puede tener", dijo Willingham. "Si el perro tiene la formación adecuada y el guía sabe cómo emplearlo ese perro difícil de superar."
Cuando Willingham fue reasignado le entregó la responsabilidad de Lucca al capitán Juan Rodríguez. En marzo de 2012, cuando Lucca llevaba casi seis años de servicio en los Marines, la responsabilidad, de Rodríguez se puso a prueba. Durante una patrulla por el Distrito Saraj Nahri, en el sur de Afganistán, Lucca trazó el olor de un IED, y luego otro.
"Vi una nube de polvo, y hubo una explosión", dijo Rodríguez. "Fue surrealista."
Cuando vio la pata delantera izquierda de Lucca gravemente herida, Rodríguez se precipitó a tratarla, al igual que hubiera hecho con cualquier soldado herido.
"Corrí, puse un torniquete para detener la hemorragia", dijo. "La recogí y corrimos a una línea de árboles cerca para conseguir estar a cubierto."
Sus acciones salvaron la vida del perro, pero Rodríguez dijo, "él salvó la mía varias veces por lo que era lo correcto".
Sin embargo y a pesar de los esfuerzos de Rodriguez, Lucca perdió la pata, tuvo que ser amputada dada la gravedad de las heridas.
Lucca fue retirado del servicio y actualmente vive con su entrenador y guía, el sargento Chris Willingham.
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