Entre muchas celebrities está de moda el no make-up, aunque el resto de las mortales llevamos toda la vida saliendo a la calle sin maquillaje casi a diario... La única diferencia es que muchas de ellas tienen una piel espectacular que resiste los selfies y fotos de prensa rosa con mucha dignidad.
Si tu también te quieres apuntar a la tendencia de ir sin maquillar, aquí tienes unos cuantos consejos que te ayudarán a tener una piel impoluta.
Conoce tu piel
El primer paso para lucir una piel impoluta es conocerla. Debes saber a qué tipo pertenece, puesto que así podrás aplicar las rutinas de belleza y los productos apropiados para mantenerla en perfectas condiciones.
Piel normal
Es la que que tiene un equilibrio adecuado. Esto implica que tanto el sebo como la hidratación están equilibrados, por lo que no tiene apenas impurezas, presenta un color uniforme, está suave y lisa al tacto, tiene una buena circulación y los poros no son visibles.
Piel grasa
Piel seca
Es un tipo de piel que, al contrario que la grasa, no produce sebo en una cantidad suficiente. Esta falta de lípidos impide que retenga la humedad, por lo que queda expuesta a todas las agresiones externas. Sus características son la tirantez, el tacto áspero, así como un aspecto fino, frágil y apagado. Si la sequedad es más severa presentará descamación, manchas o picores.
Piel mixta
Es una mezcla de distintos tipos de piel, que varían especialmente en la zona "T" (frente, nariz y barbilla), así como en las mejillas. En las primeras la piel es claramente grasa y en las mejillas es seca o normal.
Piel sensible
Puede aparecer con cualquier tipo de piel y se caracteriza por ser reactiva y con baja tolerancia a las agresiones externas. Puede alternar épocas de normalidad con otras de sequedad, descamación, irritación y enrojecimiento.
Como ves, cada piel tiene unas características y necesidades concretas, por lo que un cosmético o tratamiento inadecuado puede desequilibrarla. Por eso es importante que la conozcas a la perfección. Si no eres capaz de identificar tu tipo, no tienes más que acudir al dermatólogo a tu centro de estética para que te asesoren.
La higiene
Si te lavas la cara con jabones limpiadores, procura que el agua no esté muy caliente, porque resecarás mucho tu piel y puedes provocarte descamación. Y muchas veces esta descamación se notará incluso aunque luego te apliques tu crema hidratante.
Acostúmbrate a secar tu rostro con un tisú en lugar de con una toalla. Si lo haces con un pañuelo de papel evitarás las posibles bacterias que puedan estar en la toalla por la humedad y los restos de jabón, además no caerás en la tentación de restregar tu cara para secarla. Hazlo con pequeños toquecitos hasta que elimines toda la humedad.
No te saltes el paso de la exfoliación, tanto de la piel de la cara como de los labios. Eliminar las células muertas es imprescindible para que tu piel tenga buen aspecto y para que los productos de tratamiento funcionen al máximo. El tipo de exfoliante y la frecuencia dependerán de tu tipo de piel. Si ésta es seca o sensible, por ejemplo, tendrás que utilizar productos más suaves y con menor frecuencia. Y si es grasa, podrás utilizar exfoliantes más intensos y más a menudo. En cualquier caso, lo ideal es consultar a tu dermatólogo o a tu asesora de belleza para que te recomiende lo más apropiado para ti.
Los cosméticos
Incluye el tónico en tu rutina de belleza. Te ayudará a refrescar tu rostro, a cerrar los poros y a equilibrar el pH de la piel. También es importante para preparar la piel para los tratamientos que te apliques después.
Hidratación, hidratación e hidratación. Sea cual sea tu tipo de piel, debes aplicarte mañana y noche una crema que te aporte hidratación, incluso si tienes la piel grasa. Y si tienes alguna otra necesidad específica, también deberías cubrirla. Incluso la piel más joven y bonita acaba volviéndose áspera y mortecina si no se hidrata convenientemente. Y tampoco te olvides de la hidratación interna, que conseguirás bebiendo agua en cantidad suficiente; también consumiendo frutas, verduras, zumos, caldos e infusiones.
Utiliza mascarillas para tratar tus necesidades específicas. Las tienes para todas las necesidades: hidratación, nutrición, oxigenación, arrugas, luminosidad, firmeza... Aplícatelas según las indicaciones del envase o de las de tu asesora de belleza y verás cómo tu rostro está más bonito, incluso sin maquillaje.
El sol
Utiliza protección solar a diario. Si no tiene aceites ni perfumes, mucho mejor. Aplícate el protector después del sérum y la crema. Y si te da pereza seguir todos los pasos (sérum-crema-protector solar), antes de salir a la calle sin protector solar, utiliza tu crema de día con SPF. Por supuesto, si te vas a exponer al sol directamente, tendrás que incrementar la protección y evitar las horas centrales del día, además de renovar su aplicación según las instrucciones que te marque el fabricante.
No te olvides de las gafas de sol, ni siquiera en invierno. Además de proteger tus ojos, también lo harás con la piel de alrededor. Y evitarás guiñar los ojos si el sol te deslumbra. Si unes el uso constante de tus gafas de sol al producto de contorno de ojos, ni te imaginas cómo mejorará tu aspecto.
Cejas y pestañas
Procura llevar las cejas bien depiladas y con la forma adecuada para tu rostro. Así enmarcarás
tu rostro y lo definirás, además de darle un aspecto cuidado y limpio. De esa forma necesitarás mucho menos utilizar maquillaje para darle expresión a tu cara.
Cuida tus pestañas. Unas pestañas largas y espesas harán que tus ojos parezcan más grandes y despiertos, por lo que podrás prescindir del rímel. Te recomiendo productos que las fortalezcan y las hagan crecer. Puedes utilizar alguno de los específicos que encontrarás en farmacias o perfumerías, aunque también puedes recurrir al socorrido aceite de ricino o de oliva para el mismo fin.
Los granitos
No te toques los granitos ni las espinillas. Lo único que conseguirás son cicatrices y manchas que afearán tu imagen, especialmente si no te quieres maquillar y no vas a utilizar correctores y bases que las camuflen.
Tratamientos profesionales
Si tienes alguna necesidad específica (manchas, flacidez, etc.), hazte algún tratamiento de cabina para cubrirla. Si quieres llevar la cara lavada, este tipo de tratamientos te ayudarán a conseguir un rostro luminoso, terso, juvenil y con menos arrugas.
Buenas costumbres
Duerme lo suficiente. Si quieres lucir un rostro bonito y radiante sin maquillaje, es uno de los mejores tratamientos que puedes seguir. Y probablemente el más barato.
Aliméntate de forma correcta. El aspecto de la piel está íntimamente ligado a la dieta. Una alimentación variada, equilibrada y saludable es imprescindible si quieres decirle adiós al maquillaje.
Dile adiós al tabaco. Y no sólo por tu salud, también por tu piel. El tabaco conseguirá que tu piel esté más apagada y envejecida, además de que te provocará las típicas arrugas de la fumadora: el odiado código de barras.
La imagen
Cuida la ropa y los complementos. No significa que vayas vestida de fiesta y que te cargues de complementos a diario, pero sí que elijas bien tu vestuario para dar una buena imagen. Esto implica que la ropa sea la apropiada para cada situación, que esté limpia y bien planchada, que sea de tu talla, que te sientas cómoda con ella y, sobre todo, que te haga sentir radiante.
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La primera vez que apareció el post Luce una Piel Perfecta Sin Maquillaje fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
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