Cuando deberíamos estar en pleno sorteo de las reses que esta tarde se lidiarán en el coso de Los Donceles, nos encontramos otra vez, y ya van unas cuantas, analizando lo ocurrido con la suspensión del festejo anunciado para hoy.No es la primera vez, queda dicho, ni creo que será la última de seguir por estos derroteros, que en Lucena se anuncia la celebración de un espectáculo taurino y desde varias semanas antes, e incluso desde la misma presentación, ya se barrunta que la cosa no terminará bien.No me gusta ser agorero, pero ya comenté entre varios compañeros que si lo de hoy en Lucena se celebraba, sería todo un milagro, y me fastidia haber tenido razón, pero a las pruebas me remito.La cosa empezó a ser mosqueante cuando desde el pasado viernes intenté ponerme en contacto con la empresa para solicitar las oportunas acreditaciones para cubrir informativamente el festejo, no recibiendo respuesta alguna. Opté por el plan de urgencia y de nuevo, mi gozo en el pozo, ya que el teléfono de contacto del representante de la empresa comunicaba, comunicaba, comunicaba y otras tantas veces estaba fuera de cobertura.Las alarmas saltaron cuando comenzaron los comentarios en las redes sociales y desde la propia sociedad propietaria no se sabía nada de la empresa.Finalmente el rumor se convirtió en cruda realidad y la suspensión se hizo oficial, pero no por parte de la empresa, que aún no ha remitido ni un comunicado ni un escrito al respecto.Así las cosas, se repite la historia que ya se vivió en el pasado año con el anuncio de la encerrona de El Gallo y un posterior festejo en el primer fin de semana de mayo, que quedaron en sólo eso, un anuncio.Esta nueva suspensión ha vuelto a asestar una verdadera puñalada, permítanme la expresión, a la ya de por sí maltrecha afición lucentina, por lo que desde la sociedad propietaria deberían ponerse a trabajar, muy en serio, en intentar poner remedio a una situación que desde la marcha de Ángel Bernal, no levanta cabeza.Fue precisamente el murciano el que puso algo de cordura tras la etapa de Taurotoro, con una programación acorde con las demandas de la afición y especialmente cuidando muy mucho el ganado. Pero claro, en sus dos temporadas, las pérdidas fueron cuantiosas y en 2010 dijo basta, tomando en 2011 las riendas de Los Donceles Juan Manual Rodríguez Vélez, máximo representante de Ranguertauro, que tras la feria del Valle, también dijo hasta luego…A partir de 2012 la historia ha sido un continuo ir y venir de empresas que se han interesado por la gestión del coso lucentino pero que por una u otra razón no han llegado a un acuerdo con la sociedad propietaria, viviéndose en 2013 la poco habitual situación de que un grupo de aficionados aportaron de su propio bolsillo una importante cantidad de dinero para la celebración de una novillada con caballos en el que sería uno de los pocos festejos de esa temporada en Los Donceles, a excepción de becerradas de organizadas por la Escuela Taurina lucentina.Tras el comentado episodio de la primavera del pasado año, en otoño parecía que la luz se vislumbraba al final del negro túnel con la organización de una atractiva novillada sin caballos en la que, al menos, se comenzó a ver seriedad en los planteamientos y en lo que podría a ser una solución para que la plaza de Lucena comenzara a levantar el vuelo, pero no pudo ser. A finales de enero ya nos llegaron las primeras noticias de que una nueva empresa estaba interesada en la gestión de Los Donceles, información que se confirmaba unos días antes de Semana Santa y que se hacía oficial el 17 de abril con la presentación en sociedad de la empresa Mira Alamares S.L. y del cartel previsto para el 1 de mayo, un festejo de rejones que, por el momento, o mucho cambian las cosas, nunca se celebrará.De ahí que volvamos a insistir en la necesidad de que desde la sociedad propietaria, a la postre máxima responsable a la hora de conceder la gestión a una y otra empresa, se tomen cartas en el asunto y se estudio, de manera detenida, lo que pretenden hacer con el futuro de “su plaza”, porque de seguir en esta línea y sintiéndolo mucho, el recinto quedará para conciertos y poca cosa más.
Cuando deberíamos estar en pleno sorteo de las reses que esta tarde se lidiarán en el coso de Los Donceles, nos encontramos otra vez, y ya van unas cuantas, analizando lo ocurrido con la suspensión del festejo anunciado para hoy.No es la primera vez, queda dicho, ni creo que será la última de seguir por estos derroteros, que en Lucena se anuncia la celebración de un espectáculo taurino y desde varias semanas antes, e incluso desde la misma presentación, ya se barrunta que la cosa no terminará bien.No me gusta ser agorero, pero ya comenté entre varios compañeros que si lo de hoy en Lucena se celebraba, sería todo un milagro, y me fastidia haber tenido razón, pero a las pruebas me remito.La cosa empezó a ser mosqueante cuando desde el pasado viernes intenté ponerme en contacto con la empresa para solicitar las oportunas acreditaciones para cubrir informativamente el festejo, no recibiendo respuesta alguna. Opté por el plan de urgencia y de nuevo, mi gozo en el pozo, ya que el teléfono de contacto del representante de la empresa comunicaba, comunicaba, comunicaba y otras tantas veces estaba fuera de cobertura.Las alarmas saltaron cuando comenzaron los comentarios en las redes sociales y desde la propia sociedad propietaria no se sabía nada de la empresa.Finalmente el rumor se convirtió en cruda realidad y la suspensión se hizo oficial, pero no por parte de la empresa, que aún no ha remitido ni un comunicado ni un escrito al respecto.Así las cosas, se repite la historia que ya se vivió en el pasado año con el anuncio de la encerrona de El Gallo y un posterior festejo en el primer fin de semana de mayo, que quedaron en sólo eso, un anuncio.Esta nueva suspensión ha vuelto a asestar una verdadera puñalada, permítanme la expresión, a la ya de por sí maltrecha afición lucentina, por lo que desde la sociedad propietaria deberían ponerse a trabajar, muy en serio, en intentar poner remedio a una situación que desde la marcha de Ángel Bernal, no levanta cabeza.Fue precisamente el murciano el que puso algo de cordura tras la etapa de Taurotoro, con una programación acorde con las demandas de la afición y especialmente cuidando muy mucho el ganado. Pero claro, en sus dos temporadas, las pérdidas fueron cuantiosas y en 2010 dijo basta, tomando en 2011 las riendas de Los Donceles Juan Manual Rodríguez Vélez, máximo representante de Ranguertauro, que tras la feria del Valle, también dijo hasta luego…A partir de 2012 la historia ha sido un continuo ir y venir de empresas que se han interesado por la gestión del coso lucentino pero que por una u otra razón no han llegado a un acuerdo con la sociedad propietaria, viviéndose en 2013 la poco habitual situación de que un grupo de aficionados aportaron de su propio bolsillo una importante cantidad de dinero para la celebración de una novillada con caballos en el que sería uno de los pocos festejos de esa temporada en Los Donceles, a excepción de becerradas de organizadas por la Escuela Taurina lucentina.Tras el comentado episodio de la primavera del pasado año, en otoño parecía que la luz se vislumbraba al final del negro túnel con la organización de una atractiva novillada sin caballos en la que, al menos, se comenzó a ver seriedad en los planteamientos y en lo que podría a ser una solución para que la plaza de Lucena comenzara a levantar el vuelo, pero no pudo ser. A finales de enero ya nos llegaron las primeras noticias de que una nueva empresa estaba interesada en la gestión de Los Donceles, información que se confirmaba unos días antes de Semana Santa y que se hacía oficial el 17 de abril con la presentación en sociedad de la empresa Mira Alamares S.L. y del cartel previsto para el 1 de mayo, un festejo de rejones que, por el momento, o mucho cambian las cosas, nunca se celebrará.De ahí que volvamos a insistir en la necesidad de que desde la sociedad propietaria, a la postre máxima responsable a la hora de conceder la gestión a una y otra empresa, se tomen cartas en el asunto y se estudio, de manera detenida, lo que pretenden hacer con el futuro de “su plaza”, porque de seguir en esta línea y sintiéndolo mucho, el recinto quedará para conciertos y poca cosa más.