Acabo de encontrar un nuevo objeto en el que fijar mi entusiasmo fanático: Es el director, guionista, productor y actor RODRIGO CORTÉS.
Todo empezó viendo el otro día EL HORMIGUERO en esa hora tonta en la que me siento en el sofá y empiezo a hacer zaping y no me gusta nada de lo que veo.
Allí estaba Rodrigo Cortés haciendo promoción de su nueva peli y demostrando cómo ser un entrevistado ejemplar: rapidez mental, ocurrente, relatando anécdotas curiosas en su justa medida... En definitiva; un tío despierto y con algo qué contar. (Todavía me estoy acordando de la entrevista de Tom Cruise con la cara planchada y más soso que un pan sin sal. ¡Con lo que me gustaba a mí cuando éramos jóvenes! ¡Qué desengaño!).
Ya había visto su anterior trabajo que llamó muchísimo la atención: BURIED (Enterrado), con tres premios Goya en 2010. Evidentemente claustrofóbica, ingeniosa, incluso creíble y sobre todo diferente de todo lo demás. El problema viene después; a ver qué haces para superar o al menos igualar el éxito anterior.
(Ya me pasó con Amenábar, un mito que se me ha ido desinflando después de Tesis y Abre los ojos).
Pues bien, LUCES ROJAS no me decepcionó en absoluto.
Sinopsis: Dos investigadores de fraudes paranormales —la veterana doctora Margaret Matheson (Sigourney Weaver) y su joven ayudante Tom Buckley (Cillian Murphy)— estudian los más diversos fenómenos metapsíquicos con la intención de demostrar su origen fraudulento. Simon Silver (Robert De Niro), legendario psíquico, tal vez el más célebre de todos los tiempos, reaparece después de treinta años de enigmática ausencia para convertirse en el mayor desafío mundial para la ciencia ortodoxa y los escépticos profesionales. Tom comienza a desarrollar una densa obsesión por Silver, cuyo magnetismo se refuerza de forma peligrosa con cada nueva manifestación de oscuros fenómenos inexplicables…
El guión también es obra del propio Cortés. Personalmente agradezco los guiones originales, harta estoy de tanto refrito y versión. Consiguió mantenerme pegada a la pantalla sin un solo momento de bajón. Me parecieron excelentes el sonido y la fotografía que consiguen meterte en una atmósfera en la que tú también te planteas hasta donde puede llegar la mente humana. Me da la sensación, para ser justa, que posiblemente este guión no hubiera dado tanto de sí de no ser por la excelente y creíble actuación de los tres actores protagonistas. Indiscutibles De Niro y Sigourney Weaver pero Cillian Murphy no se queda atrás posiblemente muy favorecido por su físico que encaja a la perfección en su papel. Una película impregnada de sospechas, enigmas, percepciones engañosas (o no) pero que a parte de tocar temas tan sensibles como la trascendencia del ser humano o cuestiones sobre creencias, en realidad trata de la aceptación de uno mismo y de su realidad.
Anécdota: Después de ver la peli en el cine, leo en un twit que debería haberme quedado hasta después de los créditos. ¡Qué fallo! Si algún espectador más agudo que yo me lo pudiera contar, le estaría muy agradecida. Lo mismo me cambia toda la percepción de la historia y yo aquí, sin enterarme.