Luces y sombras de la torre windsor

Publicado el 11 febrero 2016 por Orlok @afriasangre
Sobre las 23:15 horas del 12 de febrero de 2005 se iniciaba un incendio que devastaría uno de los rascacielos más emblemáticos de la capital española: la torre Windsor. Los 106 metros de altura y las 30 plantas que formaban el imponente edificio fueron casi arrasadas por un incendio que a día de hoy, las causas que lo provocaron no han sido aclaradas.
Una pareja grabó las imágenes en vídeo del edificio ardiendo y curiosamente aparecen dos figuras humanas tras los cristates de unas ventanas de la planta 21. Estas imágenes se difundieron por los medios de comunicación, despertando todo tipo de conjeturas, y el fantasma de la conspiración sobrevoló las mentes de muchos. Opiniones hay para todos los gustos: que si las imágenes son falsas, que si eran bomberos, que si era un reflejo, que si realmente había dos personas en el interior recogiendo documentos con información valiosa…
El juez que llevó el caso, determinó que las imágenes eran reales pero no relevantes. Aún así, queda un poso para la incógnita. Además, la policía halló un butrón en los garajes del edifico, y los bomberos no pudieron usar las mangueras contraincendios por carecer de presión. Las tuberías para canalizar agua y espuma estaban inservibles.
La causa penal, quedó archivada y se determinó que el incendio se originó accidentalmente en el despacho de una empleada.
Por aquel entonces, el edificio era propiedad de una inmobiliaria llamada Asón, que albergaba oficinas de El Corte Inglés y la empresa Deloitte,  que en diciembre de 2006 es adquirida por El Corte Inglés. Precisamente, Deloitte protagoniza un papel primordial en esta historia.

Torre Windsor después del incendio
Foto: Viferico

ANTECEDENTES
Deloitte es una compañía que realiza auditorías a empresas muy importantes, entre ellas muchas que operan en el Íbex. A principios de 1996 la agencia de bolsa FG Valores (propiedad del actual presidente del BBVA, Francisco González) fue vendida al banco estadounidense Merril Lynch por 12.000 millones de pesetas. En junio del mismo año, Merril Lynch denunció la ocultación de un descubierto de 800 millones de pesetas, por lo que las partes acordaron un precio de compra de 2.000 millones de pesetas, en lugar de los 12.000 millones iniciales. La Comisión Nacional del Mercado de Valores investigó el caso pero lo archivó rápidamente. Curiosamente, en octubre de ese año nombran presidente de la CNMV a Juan Fernández Armesto, que había sido el abogado de Francisco González en el contencioso con Merril Lynch.
Por aquel entonces la Fiscalía Anticorrupción investigaba presuntas irregularidades en ese proceso de venta y FG Valores había sido auditada por Deloitte en 1994, y la documentación (casualmente) se econtraba en la planta 23 del edificio Windsor, por lo que se destruyó en el incendio.Aproximadamente un mes antes del incendio, la Fiscalía Anticorrupción inició una investigación para tratar de aclarar dicha venta y solicitó la documentación que poseía Deloitte sobre la auditoría realizada a FG Valores. La empresa auditora no poseía copias de la documentación, ya que al haber transcurrido más de cinco años desde su emisión, legalmente ya no existe obligatoriedad de guardarlos, aunque a pesar de ello, estaban preparados para ser entregados a la fiscalía dos días después del incendio.
CONSECUENCIAS
El origen del catastrófico incendio se produjo en la planta 21 –curiosamente donde se vislumbraron las dos siluetas- propagándose por los pisos superiores, dañando el edificio hasta tal punto que tuvo que ser desmantelado planta por planta. Un arduo trabajo que duró hasta el verano.
El cruce de acusaciones entre Deloitte, El Corte Inglés -que colinda con el edificio Windsor- y Prosegur –empresa encargada de la vigilancia- no se hizo esperar, acabando en un acuerdo extrajudicial, días antes de que comenzara a celebrarse el juicio. El pacto no salió a la luz pública, firmando todas las partes un acuerdo de confidencialidad.
Se construyó un nuevo edificio propiedad de El Corte Inglés, que levantó un centro comercial en octubre de 2011, ampliando así el que ya existía contiguamente al derruido Windsor, borrando cualquier huella que pudiera haber sobrevivido al incendio, dejando en el aire muchas incógnitas que probablemente nunca se desvelarán.