Luces y sombras de las Naciones Unidas. El relevo está por llegar

Por FundaciÓn Novia Salcedo
El sistema de NNUU es un mecanismo, que a pesar de sus defectos, es una de las principales vías de abordaje de los retos del planeta y la humanidad. En NSF conscientes de que la realidad del empleo juvenil, como muchos otros factores que determinan el desarrollo de los pueblos, sólo puede abordarse de manera global vemos a las NNUU como la herramienta imprescindible para dotar a las jóvenes generaciones de las herramientas para labrar el futuro. Así llevamos ya más de un año trabajando en nuestro proyecto Pegasus.

Pero las Naciones Unidas han tenido un encaje difícil para los estados que la componen a pesar de que vivamos en un mundo interconectado. Un ejemplo de ellos es el discurso que el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, el birmano U Thant pronunció en 1971. Esas palabras se enmarcaban dentro de su Introducción al Informe Anual que el Secretario hacía pero, en esta ocasión, tenía un marcado carácter personal debido a que era una de sus últimas actuaciones tras más de diez años al frente de la comunidad de naciones. Aprovechó el momento para hacer ver todas sus preocupaciones en lo que se refiere al encaje del sistema de Naciones Unidas con sus vicisitudes. Pero para comprender mejor el contexto al que a lo largo de diez años U Thant tuvo que hacer frente, es necesario repasar -en un par de pinceladas-, la tónica que había en la geopolítica mundial del siglo XX. En primer lugar la dicotomía entre Occidente y la Unión Soviética o, capitalismo y socialismo. Dos formas antagónicas de percibir el mundo tras el fin de la Segunda Guerra Mundial que imperó durante medio siglo en detrimento de los viejos imperios europeos. En segundo lugar, la aparición de nuevos estados después de que en 1961 comenzase la descolonización en territorios del Tercer Mundo. Algo que supuso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, unas discusiones más plurales que derribó el monopolio de la palabra por parte de los países desarrollados. A pesar de este último factor, la última palabra, siempre recayó sobre los países que tenían asiento permanente en el Consejo de Seguridad. Es decir, las potencias que vencieron en la Segunda Guerra Mundial. Pero volvamos al discurso de U Thant y a las luces y sombras de la Organización que él presidió. Destacaremos algunos temas que, a pesar del tiempo transcurrido no han perdido actualidad, para que, de esta manera, tratemos de comprender que el papel de las Naciones Unidas, aún siendo esencial en un mundo en constante cambio y en plena interdependencia, no está siendo como debería de ser y que su peso en la toma de decisiones para algunos estados sigue siendo una asignatura pendiente.

U Thant en una de sus intervenciones en la ONU.

Una de las primeras ideas que queremos destacar es, precisamente, el concepto de internacionalismo –hoy globalización- que U Thant hace referencia en el siguiente párrafo en el que subraya la importancia de un sistema mundial de naciones y que, a pesar de las deficiencias que pueda tener, es un ideal imprescindible. “Los gobiernos consideran a veces con poco entusiasmo incluso en ocasiones con resentimiento las naciones unidas y al concepto de internacionalismo consagrado en la Carta. No obstante, estoy más convencido que nunca de que es una ilusión peligrosa creer, en el estado actual del mundo, que la vida puede considerarse segura sin ese concepto y sin una organización mundial que lo encarne. No se conoce mucho de la utilidad de las naciones unidas y, de hecho, ella es intangible. Pero la organización representa una aspiración y un método, no importa lo deficiente que sea, de tratar de realizar un gran ideal. Si las naciones y los pueblos vuelven la espalda a esta gran empresa lo harán corriendo el más grave de los riesgos”. En otro orden de asuntos, el Secretario General destaca la educación como clave de bóveda del desarrollo en el mundo. Pero también hace hincapié en las desigualdades económicas existentes y trata de orientar a los países desarrollados en que deben de actuar como un ‘hermano mayor’ para los países del Tercer Mundo que comienzan a escoger su propio camino. Eso sí, también achaca a las naciones poderosas sus excesos como podemos observar en el siguiente párrafo. “Pese a sus riquezas, el mundo sigue dividido en ricos y pobres, y el abismo que los separa va creciendo. De la misma manera que las naciones más pobres aspiran a lograr un progreso técnico e industrial, las más ricas comienzan a preguntarse si no están hartas de abundancia y atemorizadas por algunos de sus efectos. Debe ayudarse a los países en desarrollo que progresen y eviten algunas de las peores consecuencias del desarrollo. Debe hallarse un equilibrio que a la vez satisfaga sus necesidades y evite la aplicación de una presión imposible sobre los recursos naturales y los sistemas de sustentación de la vida de nuestro planeta”. Es decir, en las líneas que hemos podido leer de U Thant, éste evoca la idea que los gobiernos, los regímenes, las ideologías y las instituciones nacen y desaparecen, pero la Humanidad perdura. En conclusión, si es porque ya sabemos de antemano que el discurso fue pronunciado en 1971, podría ser posible que estas palabras fueran mencionadas hace poco. El buen funcionamiento de las Naciones Unidas debería de ser una prioridad para todos los estados, que su justicia pudiese ser un elemento mundial en todos los países, que un verdadero concierto de naciones diese pie a un entendimiento común para, de una vez por todas, dejar de lado las desigualdad y poner un rumbo a todos nuestros buenos deseos.
Tiempos de cambios. Los jóvenes ciudadanos activos Y de un Secretario General a otro. Ban Ki-moon al inaugurar el Foro de la Juventud del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC), instó a los jóvenes a combatir la injusticia e inequidad y a participar en la construcción de un futuro sustentable convirtiéndose en ciudadanos globales activos. El Secretario General de la ONU recordó que la actual generación no es solo la más numerosa de jóvenes en la historia, sino también la que puede cambiar su curso.
Ban Ki-moon indicó que en 2015 las prioridades de la ONU son alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, acordar la nueva agenda de desarrollo y lograr un acuerdo climático universal. Agregó que para avanzar en esos terrenos hace falta la participación de los jóvenes. “He conocido a muchos jóvenes que son una inspiración por su forma de afrontar problemas graves. Están progresando en la lucha contra la mutilación genital femenina, contra la discriminación y contra los abusos de derechos humanos. Miren a su alrededor, enójense ante la injusticia, únanse a quienes están actuando para acabar con ella”, mencionó Ban Ki-moon.

Ban Ki-moon con un grupo de jóvenes.

Asimismo, llamó a los gobiernos a tomar en cuenta a la juventud en sus agendas y toma de decisiones y los instó particularmente a incluirlos en las delegaciones que discuten la redacción de un acuerdo sobre cambio climático.


Sin duda, coincidido con las palabras del actual Secretario General. Creo que los jóvenes tenemos que empezar a tener un papel más relevante pues hemos nacido en un momento de la historia en que todo está en pleno cambio. Las tecnologías avanzas a ritmos vertiginosos, nos comunicamos al instante con personas de diferentes continentes, accedemos a una red de información sin parangón en la historia moderna de la humanidad pero, sobre todo, asistimos a un cambio paradigmático de las relaciones entre países.
Somos el nuevo Nerón que observa como Roma arde pero, esta vez, no queremos ser meros testigos de una autodestrucción que nos condene a todos a las llamas del fuego. Somos conscientes de que un cambio es posible pero, esa transformación se producirá si nos involucramos.