Lucha de genios en Bahía Feliz (Gran Canaria)

Por Aarteaga61

LEONTXO GARCÍA (JEFE DE PRENSA)

Varios de los participantes en el I Torneo Bahía Feliz, que empieza el jueves, merecen la etiqueta de genios del ajedrez. El ucraniano Ilya Nizhnyk, de 14 años, es un niño prodigio excepcional. El agricultor peruano Julio Granda se codeó con los mejores del mundo. La brillante carrera del brasileño Henrique Mecking se truncó por una enfermedad grave. El español Paco Vallejo, principal favorito, ganó su primera medalla a los nueve años.   “El ajedrez desarrolla el pensamiento lógico a través del juego, y además mejora sustancialmente la conducta social, porque te obliga a cumplir las reglas, a respetar al contrario, a saber ganar y perder, y a responsabilizarte de tus errores y hacer autocrítica”. Lo dice el alemán Roman Krulich, organizador del torneo y propietario de un grupo de empresas que combina los negocios inmobiliarios en Canarias con las actividades filantrópicas en Alemania: una fundación y una academia que tienen por objeto introducir el ajedrez como asignatura en los colegios, con preferencia para los niños de familias pobres. En varios colegios alemanes se ha realizado una experiencia piloto de sustituir una hora semanal de matemáticas por otra de ajedrez, y los resultados hasta ahora son muy positivos.   Pero los niños necesitan ídolos, porque el deporte de base y el de élite deben ser vasos comunicantes. De esa idea nace el I Torneo Bahía Feliz, que en teoría debe ganar Paco Vallejo, un menorquín que a los nueve años fue subcampeón del mundo sub 10; luego llegaron más medallas en Europeos y Mundiales, hasta que logró el oro en el Mundial sub 18 de 2000. Ahora tiene 28 años, está en alza, y sus últimos éxitos en Tailandia y Azerbaiyán le sitúan en el 20º puesto de la lista mundial. Tres campeones del mundo –el ruso Kaspárov, el búlgaro Topálov y el indio Anand- han dicho de él que tiene talento suficiente para estar entre los cinco mejores. En porfía de ese objetivo, Vallejo no sólo debe ganar en Bahía Feliz sino hacerlo con el mayor número de puntos.   Y eso no será fácil. Por ejemplo, porque tendrá que esforzarse para superar a Granda, un caso excepcional en la historia del ajedrez. Pese a su enorme talento, no quiso ser profesional en su juventud: lo que realmente le gustaba era cuidar de sus árboles frutales y animales en el remoto paraje de Camaná. Aun así, de vez en cuando le invitaban a un torneo importante en Europa, y era rara la ocasión en la que no doblegaba a alguno de los mejores del mundo.   El más veterano del torneo, el brasileño Mecking, de 59 años, también es muy duro de roer. Llegó a ser el 3º del mundo, tras dos leyendas vivas como Kárpov y Korchnói, en 1977, y se le comparaba con el no menos legendario estadounidense Bobby Fischer. Pero justo entonces contrajo una enfermedad muy debilitante, miastenia gravis, que dejó para siempre en el aire la pregunta de hasta dónde hubiera podido llegar. Sin embargo, en 1991 volvió a la arena ajedrecística, con la sabiduría de antaño pero con menos vigor.


   Quienes deseen conocer a campeones del futuro deben fijarse sobre todo en el adolescente ucranio Nyzhnyk, quien desde los 9 años protagoniza una de las carreras más asombrosamente precoces de la historia. Pero también en el austriaco Markus Ragger, de 23 años, cuya progresión en el último bienio apunta muy alto. Y, cómo no, en la canaria Sabrina Vega, de 24, ex campeona de España de varias categorías y aún lejos de su techo. Completan la nómina cuatro ‘tipos duros’, que pueden amargarle el torneo a cualquiera: el dominicano Ramón Mateo y los alemanes Hertneck, Bromberger y Kindermann.   Se jugará por sistema de liga a una vuelta del 12 al 21 (excepto el martes 17) a las 15.00 en los salones del hotel Orquídea, con retransmisión en directo por Internet, bajo la dirección del gran maestro José Luis Fernández y la vigilancia del árbitro internacional Pablo Arranz. A juzgar por la gran cantidad de talento concentrado en pocos metros cuadrados, habrá muchas partidas de alta calidad.
FIN