A veces nos preguntamos: “Señor, ¿por qué tenemos que pasar por todos estos quebrantos y dificultades?” Pero hay muchas cosas que el Señor no te puede revelar por adelantado, pues aún no estás listo para ellas.
Tienes que pasar por diversas pruebas desconociendo lo que hay en el futuro para ver de qué eres capaz, para que se demuestre tu lealtad y tu fortaleza, para medir tu fidelidad, ¡para ver si estás dispuesto a hacer lo que sea que Dios te pida! Si desde el principio el Señor te contara el final, todo sería demasiado fácil; sería como darte la solución a una adivinanza o como armar el rompecabezas por ti. Eso no sería una prueba.
A pesar de que en cierto sentido le duela, a Dios le gusta ver cómo sales adelante a pesar de todas las pruebas y dificultades. ¡Disfruta al verte ganar la carrera, soportar la aflicción y la batalla, luchar hasta el final y vencer!
Si aguantas la prueba y la superas, Dios podrá hacer por tu intermedio cosas aún mayores que antes, al estar en el centro de Su voluntad, donde Él sabe que encajas mejor, realizando esa labor específica que te tiene reservada, lo que Dios más quiere que hagas.