Es de conocimiento público que el capitán del barco es el último en abandonarlo. Los primeros, aparte de las ratas, son las mujeres y los niños. Es algo normal. El líder, el que ha aceptado la responsabilidad, no solo el privilegio, de guiar los destinos de la gente que confía en él, ha de ser quien asuma las consecuencias de su liderazgo.
Por eso fue tan llamativo el caso del Costa Concordia, un barco cuyo capitán, cuando las cosas se pusieron feas se subió a un bote y se largó abandonando a su suerte a todo el pasaje del barco.
Esto me vino a la cabeza tras el penúltimo abandono que de sus responsabilidades políticas ha hecho el hasta ahora líder del PP de Marmolejo, Herrera, conocido por el mismo nombre artístico que uno de los “Lunnis”. Tampoco es algo novedoso. No es comparable el caso salvo en el abandono de una responsabilidad libremente asumida, pero en este hecho puntual sí me pareció algo parecido.
La primera vez que este señor se presentó pidiendo el voto a los vecinos de Marmolejo hizo exactamente lo mismo. Estando en la oposición tuvo que responder de la desaparición, que él mismo reconoció, del dinero de las tumbonas de la piscina municipal que se encargaba de recaudar. Ese dinero no se robó, y afirmar eso o cualquier conducta delictiva de alguien sin que lo diga un juez es una canallada, pero desde luego sí que lo perdió. Ante ese revés lo que hizo este señor fue abandonar su cargo de concejal, cosa que le convenía cara a su defensa al presentarse como un pobre chaval alejado de la política que sufría una persecución del malvado Ayuntamiento de Marmolejo (Eso me suena de algo… ¿Tal vez a todos los trabajadores que estando el señor Herrera en el poder ha intentado cepillarse de forma injusta, como han dicho los jueces? Pero claro, el Sr. Herrera valora las cosas de forma muy distinta según quien las haga.) El resultado de eso fue uno de los episodios más vergonzantes de la Historia democrática de Marmolejo: Durante meses y meses uno de los sillones del salón de Plenos se mantuvo vacío, sin que nadie quisiera sentarse en él. Ninguna de las personas que se presentó pidiendo el voto luego tuvo la responsabilidad de ejercer el cargo que habían pedido a sus vecinos, e incluso trajeron a un concejal de Burgos o yo que sé que duró poco tiempo. Pero el primero que se largó, que dejó tirados a sus votantes, que no cumplió el pacto con su pueblo, fue el Sr. Herrera. ¿Qué la cosa se pone fea? Ahí os quedáis. No haberme votado.
En las últimas elecciones regresó el Sr. Herrera. Estábamos en una época de crisis, el PP decía que había que bajar los impuestos, Bartolo que con la derecha no se pactaba y por el monte corrían las sardinas, tralará. Y los suyos volvieron a confiar en este señor. Como aún con todo lo que estaba cayendo en este país el PSOE volvió a ganar las elecciones, PP e IU pactaron para coger el poder. Un pacto de partida viciado: La derecha más de derechas con la izquierda asamblearia y encima poniendo de Alcalde al sujeto menos votado. Pero en esos días se nos vendió la moto de una “regeneración democrática”, que eran todos muy colegas (recuerdo esa entrevista de Bartolo diciendo que estaba “orgulloso” de trabajar con los cuatro compañeros del PP) y muchas mentiras más. Hasta que por causas bastante oscuras y no suficientemente explicadas el pacto se rompe porque Herrera, ¡oh sorpresa!, dice que se va del equipo de Gobierno. No le gustaba la intromisión de la Asamblea de IU y con decisión, carisma, liderazgo y responsabilidad, hizo lo que acostumbra cuando las cosas se tuercen un poquito: intentar arreglarl… digoooo, coger la puerta y largarse. Los que antes eran compañeros de izquierdas ahora eran unos comunistas, y todas las explicaciones que dio a sus votantes para pactar con una formación antagónica de golpe no valían, los intereses generales del pueblo ya no cuentan... Resulta que pone como Alcalde al tío menos votado en las elecciones, con tres concejales (contándolo a él), y ahora le dice al pueblo de Marmolejo que se lo coma con patatas, que a él no le viene bien en este momento estar gobernando. Que sí, que dije que me votarais. Que sí, que dije que había que pactar. Que sí, que he puesto de Alcalde a este. Pero mira, que me lo he pensado mejor y paso.
Herrera en la oposición se largaba. Y en el gobierno, también.
Y cuando ya parecía imposible que se pudiera abandonar más responsabilidades, va y… deja de ser el lider del PP. Y me pregunto yo ¿Qué pensará de todo esto la gente que le haya votado las dos veces que se ha presentado? Para empezar, supongo, que para qué narices se presenta. Que si pide el voto porque no tiene papel higiénico en su casa. Gobernar es difícil. Es estar a las buenas y a las malas (lo que hace IU) y no solo dedicarte a cobrar, meter a tus amiguetes y dedicarte solo a perseguir a la oposición (esto también lo hace IU). Lo que hay que hacer es trabajar, buscar soluciones, beneficiar a tu pueblo, inventar… ¡¡¡QUE ES LO QUE NO HA HECHO NI EL PP NI IU!!!.
Pero no hay que ser injusto con Herrera. Hay que reconocer que este hombre, SU programa electoral sí que lo ha cumplido, y una vez hecho esto ya no tenía nada más que hacer. Reconozcamos sus méritos:
- Denunciar a Cristóbal Relaño. Cuando Relaño le denunció a él era persecución política, cuando Herrera denuncia, es Justicia. Por supuesto, no había nada personal en esto, es por el bien del pueblo.
- Intentar despedir a todos los trabajadores que pudiera del Ayuntamiento, entre ellos, y con todo el dolor de su corazón, a los trabajadores de deportes que intervinieron en lo de las tumbonas. Meras coincidencias. Eso sí, cuando en el Ayuntamiento no le contrataban a él… ¡qué injusticia!
- Acabar con el enchufismo. Los amigos íntimos que ha metido él no son enchufados, son personal de “solvencia profesional sobrada”.
- Acabar con el empleo juvenil, esa lacra que ha sido sustituida por técnico de juventud que ha conseguido unos resultados espectaculares en el pueblo. Tan espectaculares han sido que Herrera, cuando el técnico dejó el Ayuntamiento -en eso de dejar los cargos tiene que haber algo intrínseco a esta gente- no explicó nada de todo lo que se había logrado, por modestia.
- Acabar con ese foco de plaga alérgica que eran los plataneros del centro. Me imagino que debe ser terrible asomarte a tu balcón y ver esos terribles árboles. Menos mal que el resto de plataneros del pueblo no daban alergia. O no se la daban a la gente “relevante”.
- Estructurar la sociedad marmolejeña en dos clases: vecinos relevantes y vecinos no relevantes. Ya era hora de acabar con tanto caos. Y ahora hay otro pequeño grupo que son los asamblearios, y un ente aparte: Ramón Cano.
- Quitar de en medio un quiosco de chucherías que estaba destrozando nuestra juventud. Y que de paso dejaba unas facha das muy feas, pues yo pienso qué PINTA de FACHA me DAS. (Lástima que no te hubiesen entrado en el cuerpo unos poquitos voltios...)
- Cargarse el proyecto de la dehesilla. Las ilegalidades no se soportan. Ahora bien, dejar abierto un puesto de aceitunas con sentencia en contra, con informes de la policía tanto a políticos como a funcionarios del Ayuntamiento, con informes de asesoría y técnico… eso le lleva a decir en un pleno que por hacer las cosas bien hay gente que no le habla y que no entiende como ese puesto de aceitunas estaba abierto. A ver… si ese puesto de aceitunas estaba abierto, eso no es “hacer las cosas bien”, y que EL CONCEJAL DE OBRAS Y PRIMER TENIENTE DE ALCALDE diga que no sabe por qué estaba abierto ese puesto, y lo diga por televisión… Supongo que será culpa de los socialistas, como todo.
- Derrumbar lo que se ha podido del Balneario. Cuando estaba en la oposición el PP pedía que el pueblo diera ideas para lo que había que hacer en el balneario. En el poder, ni siquiera preguntan qué excavadora usar para demoler.
Que en su vida personal le vaya tan bien como él ha intentado hacérselo pasar a los demás, pero que como Franco, no se meta en política. Que se conforme con habernos dejado lo que nos ha dejado en la Alcaldía.
El Ninja Robot.