Cuando la tormenta arrecia y Moloch no deja respirar, el surrealismo daliniano se presenta como el aire limpio que respirar. Frente a la locura que se condensa en tantos falsos techos el oxígeno daliniano purifica la lucidez de muchas mentes.
La retrospectiva del Museo Reina Sofía se ha convertido ya en la exposición del año. Pero nada harán los que vayan sin acercarse antes al perverso, polimorfo, anarquista, surrealista, excelso, divino, despota supremo que rompe con todo, el Dalí poseído de un delirio furiosamente, dionisíaco, el Dalí avido de dólares y, por encima de todas las cosas: monárquico, pero metafísicamente, no políticamente, puesto que es apolítico y antidialiniano.
Plus ultra. Aquí está: