‘Lucy’, y su limitado potencial

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Hace décadas que las películas no se pueden definir en un solo género cinematográfico, siempre existen elementos que al mezclarlos a veces funcionan y en otras ocasiones crean contrastes imperdonables. Con ‘Lucy’ me hubiera gustado que fuera una película completamente de ciencia ficción y no lo que resultó ser: una mezcla de thriller con escenas decadentes de acción. Lo anterior no es del todo negativo, porque eso es precisamente lo que se intenta vender y a la vez cumple; es solo que pudo haber hecho mucho más con los elementos que maneja y no terminar como un remedo de ideas de otras películas superiores a esta.

El director y guionista Luc Besson cubre bien sus pasos, porque al principio no nos vende su libreto, si no la adrenalina del thriller por conocer que es lo que está sucediendo y el peligro en el que se encuentra Lucy (Scarlett Johansson). Tenemos a los villanos mafiosos haciendo su trabajo en atemorizar a la victima, ofreciendo tan poca información como es posible para que nos dejemos llevar por el supuesto misterio revelado en el tráiler. Es después cuando Lucy no muere por hemorragia interna y a cambio obtiene poderes que todo mutante envidiaría, cuando el libreto abre las compuertas de la información con un Morgan Freeman estereotipado en ser el maestro de la exposición.

El libreto también escrito por el director, está lleno de agujeros tan grandes como los encontrados en Siberia. Nos hace creer que el químico CPH4 que es capaz de potencializar nuestra capacidad cerebral, está en manos de mafiosos con propósitos desconocidos. No existe explicación de la existencia del compuestos, o justificación para que este no se encuentre con científicos capacitados; ni tampoco esta detrás una organización secreta con la misión de mejorar la raza humana; de todos los seres del planeta quienes tiene el líquido superpoderoso son mafiosos de China porque ayuda con la distribución de esta película en ese país. Si ya les está fastidiando el que aparezca el país asiático, váyanse acostumbrando porque mientras existan restricciones por parte de esa nación, este será el método utilizado por los estudios cinematográficos.

Cuando Lucy obtiene sus poderes decide buscar al Profesor Norman porque es un erudito en estudios sobre capacidad que tiene el cerebro humano. Después de una breve charla demasiado amena, pero ineptamente relatada por el director, seguimos con escenas de acción, persecuciones, balaceras, efectos visuales interesantes y un final que me hace valorar más la joya que es ‘Akira’. Y ese es el problema con la película, el planteamiento sobre el potencial humano ha sido explotado en otras veces de forma majestuosa, que ahora cuando es el turno de ‘Lucy’, no te queda más que decir que la resolución es una completo pedazo de basura.

Ahora, como película de acción logrará satisfacer a la audiencia, después de todo el director crea escenas llenas de adrenalina muy modernas, además de utilizar los poderes de Lucy mucho mejor que lo que vimos con Jean Grey en los X-Men. Es fascinante como Lucy con solo pensarlo puede alterar su realidad, aniquilar a los malvados y literalmente hace lo que le plazca. Visualmente el director se luce con trucos interesantes, y ayuda en gran medida a la película a no ser una completa perdida de tiempo.

Sobre Scarlett Johansson y Morgan Freeman, ¿qué les puedo decir? Ella tan bella fingiendo peligro, o golpeando a quien se le ponga encima que seguro continuará por el resto de su juventud hasta que termine como ‘M’ en alguna película de James Bond; él explicando la trama con su voz profunda y su serenidad patentada, que a veces me pregunto si a eso se le puede llamar actuación. Quienes están deplorables son los disque mafiosos marca Waldos, que su única función es lucir un traje y disparar incesantemente hasta morir.

Pero en lo que muchos han de considerar que es una crítica negativa, existe un detalle que es lo que me hace pensar que en las manos de otra persona esta cinta hubiera resultado un clásico. Conforme Lucy avanza aumentando su porcentaje de capacidad mental, existe el planteamiento de que al usar un 100% nos volvemos en seres omnipotentes: literalmente Dios. Es eso lo que hubieran minado, no estupideces como sobreviviendo a los mafiosos o creando súper procesadores.

Es en la filosofía y como transmite las ideas en donde se tropieza ‘Lucy’ y por lo tanto limita su potencial a ser una más del montón. Es frustrante porque con el planteamiento adecuado, esto daba para mucho más, y solo espero que para próxima el guionista se injerte uno de esos líquidos azules que bien le hicieron falta, porque tenía ideas, pero no el valor o capacidad para limitarse al contenido y no al relleno que hemos visto innumerables veces.