Más allá de Benidorm y Alicante en la Costa Blanca podemos encontrar rincones no tan masificados con algo más que mar, playa y un chiringuito.
La historia de Villajoyosa es curiosa, ya que la hoy mundialmente conocida Benidorm, fue en su época un simple pueblecito pesquero, pedanía de Villajoyosa. Con el enorme crecimiento de Benidorm, éste paso a tener ayuntamiento propio y separarse de Villajoyosa.
Por suerte Villajoyosa no ha caído en decadencia y hoy sigue siendo una de las ciudades importantes de la provincia de Alicante.
Si nos queremos acercar a Villajoyosa, la forma más cómoda es coger el tranvía desde Alicante, la línea que va a Benidorm tiene parada en Villajoyosa. En cambio si optamos por el coche tendremos que coger la AP-7 o la N-332 también desde Alicante.
Si hemos cogido el tren, éste nos deja al lado del casco antiguo. Nuestra primera parada es el símbolo de la ciudad, las casas colgadas policromadas.
Como muchos otros pueblos de pescadores, tenían la costumbre de pintar las casas de colores llamativos para que cuando los pescadores volvían de faenar y se acercaban al puerto, pudieran identificar su casa. Esta curiosa costumbre también la vemos en pueblos tan bonitos como Cudillero en Asturias.
Si en vez de cruzar el puente bajamos hacía el río podremos ver mejor este bonito paisajes, además lo que fue el cauce del río se ha reconvertido en un parque donde podemos movernos libremente.
Si pasamos al otro lado del río, podremos ver los restos de lo que fue la antigua fortaleza defensiva de la ciudad, de la que se conserva tristemente solo algunos lienzos de la muralla, según podemos ver en los planos explicativos.
Castillo de Villajoyosa
Muy cerca tenemos la iglesia-fortaleza de la Asunción, de estilo gótico. Siguiendo entre las calles del casco antiguo podremos ver algunos trozos de lo que fue la muralla.
Iglesia de la Asunción
De este sistema defensivo contra los ataques de los piratas se conserva todavía alguna de las torres vigías costeras y de huerta (encargadas de transmitir la señal de alarma al interior) como: la Torre del Aguiló, Torre de Dalt, Torre del Baix, Torre La Torreta,…
Si bajamos hacia la playa podemos ver como la arquitectura colorista se mantiene también en los apartamentos de primera línea de la playa, lo que le hace un recorrido interesante.
Paseo marítimo
Pero si queréis disfrutar aún más de este lugar, la mejor fecha es del 24 al 31 de julio, cuando se celebra la fiesta de Moros y Cristianos, declarada de interés turístico Internacional, ya que aquí no se desfila vestidos de Moros y Cristianos sino que realizan un combate naval y un desembarco en la playa, rememoran un importante ataque realizado por los piratas berberiscos en 1538.
Donde comer
Si queréis huir de los típicos bares de playa, alrededor de la estación de tren y el Mercadona, tenéis bastantes bares a un precio más asequible. Pero si queréis algo más de variedad, podéis acercaros al centro comercial de Finestrat, tomando la carretera hacia Benidorm.
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