El Grupo de Trabajo para la Recuperación de la Memoria Histórica y Social de Andalucía (RMHSA) de la Confederación General del Trabajo de Andalucía (CGT-A) llevaba años luchando por la inscripción en el Catálogo de Lugares de la Memoria Histórica de Andalucía de los campos de concentración de presos políticos del franquismo y las fosas comunes de diferentes puntos de la región. Al final, a base de constancia, trabajo y tesón, lo han conseguido. Ésta es la relación de lugares desde ahora protegidos y bajo deber de conservación y algunas de sus actuaciones.
Campo de Concentración de Heliópolis y después prisión habilitada (Sevilla)
Más de cuatrocientos presos trabajaron en la construcción del colector que dio nombre al campo, así como otras obras de abastecimiento e instalación de filtros de tuberías. Quizás también lo hicieran en las viviendas que para los nuevos jerarcas falangistas se construyeron en las cercanías.
En 1939 continuaban los trabajos, de forma lenta por problemas económicos y falta de trabajadores especializados. Quizás esta situación influyera en su conversión, a finales de año, en lo que se denominó Prisión Habilitada de Heliópolis. Una extensión de la Prisión Provincial de Sevilla que continuaba abarrotada de presos.
Campo de Concentración de La Corchuela (Dos Hermanas, Sevilla)
Campo de Concentración de Los Merinales (Dos Hermanas, Sevilla)
Campo de Concentración de El Arenoso (Los Palacios, Sevilla)
Hace unos años el cortijo fue rehabilitado para hotel y restaurante.
Campo de Concentración de Torre del Águila (Utrera, Sevilla)
Campo de Concentración de La Algaba (Sevilla).
Depósito de presos. Cortijo Gambogaz (Camas, Sevilla)
Campo de Concentración de “La Almadraba” (Rota, Cádiz)
Quedó instalado en las instalaciones conserveras que poseía el Consorcio Almadrabero en el pago de Arroyo-Hondo junto a la playa. Por sus instalaciones pasaron una cifra total cercana a los 9.000 prisioneros. Como en otros casos los internados fueron utilizados también como mano de obra esclava para realizar trabajos de pavimentación urbana para el ayuntamiento de la localidad.
Fue escogido, a finales de 1939, como el único campo de concentración y clasificación de la 2ª Región Militar. Aunque se ordenó su clausura en la primavera de 1940 y el envío de sus prisioneros a diversos Batallones de Trabajadores, permaneció activo hasta junio de 1941 acogiendo a reclutas considerados desafectos a la dictadura antes de su traslado a unidades disciplinarias.
Todavía en los años posteriores –entre 1942 y 1943- el lugar acogió a los 1.000 componentes del Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores nº 27 que construyó obras defensivas costeras como búnkeres y fortines.
Campo de Concentración de Torremolinos (Málaga)
José Ruiz Soldado, Conde del Peñón y de la Vega. Un campo sin barracones, ni letrinas, situado completamente al aire libre, un rectángulo irregular y cuyos extremos lo formarían hoy en día, la Casa de la Cultura en el Calvario, el muro sur del campo de fútbol el Pozuelo, la fachada de Cocodrilos Park o el inicio de Aquapark, linde a los pinos y desde allí, en línea recta hasta el centro de menores Virgen de la Esperanza, incluyendo un buen tramo de la actual carretera variante, entonces inexistente y los lugares conocidos antiguamente como la Alberca San José, el Arroyo Juan Ríos, Los Granaillos y la Vistilla).
Los Presos de este campo, más de 4.000 en 1939, comenzaron la construcción de las pistas del aeropuerto de Málaga.
Campo de Concentración de la isla de Saltés (Punta Umbria, Huelva)
El campo se dedicaba, según todas las noticias, a la clasificación de los presos y su posterior envío a otros lugares (cárceles, campos de trabajos forzados, BBTT,) de España.
Campo de concentración de “La Casa Grande” (Padul, Granada)
El periodista y cronista, José Villena, decía en su libro de Crónicas que “Aquí fueron recluidos prisioneros traídos de distintos Frentes, especialmente de la zona de la Alpujarra, del lugar conocido como Cascajar Negro, escenario de duros combates. Los prisioneros están llegando al Padul desde finales de 1936. En El Olivarillo, en unos terrenos acomodados al efecto, también ha funcionado, durante un tiempo, un centro de detención ante la imposibilidad material de ubicarlos a todos en la Casa Grande. Los presos eran originarios de diferentes lugares de España, aunque el porcentaje más elevado procedía del País Vasco y se les conocía con el nombre de gudaris. Precisamente ellos construyeron un camino forestal en el Manar para facilitar los trabajos de plantación de pinos que, por esta circunstancia, es conocido como camino de los gudaris. Algunos de estos prisioneros gozaban del privilegio de trabajar fuera del recinto penitenciario como es el caso, entre otros, de un chico de Baracaldo, que lo hacía en una carretería situada a escasos metros de la Casa Grande. Está rodeado de casetas, algunas situadas en alto, como las de los dos extremos de la calle Santo Tomás, en las que los centinelas se mantenían atentos a cualquier incidencia. La imagen de los soldados con su fusil en la mano, el relevo de la guardia o las voces de alerta, que rompen el silencio de la noche, se convirtieron en algo habitual para los paduleños.”
La obra más conocida de la presencia de estos presos en Padul es el llamado 'camino de los gudaris' construido por ellos en El Manar para facilitar la repoblación forestal de la montaña y aún existente y que forma parte de una ruta senderista muy concurrida.
Campo de Concentración de Benalua de Guadix (Granada)
En el campo de la espartera se produjeron varias fugas de reclusos. Una de las más divulgadas fue la del capitán de artillería Juan Francisco Medina García. Natural de Tocón de Quéntar (Granada) y conocido como “el Yatero” que, más tarde, lideró uno de los más conocidos grupos guerrilleros de la provincia de Granada, hasta que a finales de la década de los 40 pasaron a Francia.
Fosas Comunes del franquismo en el barranco de El Carrizal de Orgiva (Granada)
Informada la Conserjería de Justicia se decide poner una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Orgiva, que posteriormente, y tras haber informado al juez de guardia, se desplaza al lugar señalizando un lugar cercano, pero diferente, como el sitio donde está la fosa común (según el catedrático e investigador Juan González Blasco, el número de fusilados puede alcanzar entre los 4.000 y 5.000), horas más tarde el forense, enviado por el juez, se hace cargo de los restos óseos aparecidos y son enviados a los laboratorios de la Universidad de Granada, que comunican, a través de los medios de comunicación, que dichos restos pertenecen a animales. Años más tarde, y con una subvención de la Consejería, el Ayuntamiento (PP) instala en la zona un monolito. La realización de las obras de construcción del monolito hace que los escombros resultantes del movimiento de tierras, se arrojen sobre la zona (barranco) donde se ubican las fosas comunes.
Desde el principio este Grupo de Trabajo ha venido planteando la necesidad de realizar las catas arqueológicas necesarias para confirmar la existencia de las fosas, su delimitación y protección jurídica, bajo el paraguas de Cementerio o una figura similar, hasta que se pueda exhumar.