Lisboa es una ciudad portuguesa conocida por sus azulejos variopintos, sus latas de sardinas, su buen tiempo y sus deliciosos pasteles de Belém.Pero Lisboa es mucho más que un conjunto de tópicos. Es arte en las calles, es diversidad cultural, es alegría y es estilo de vida. Hay muchas cosas que puedes hacer en Lisboa, pero hay algunas que son imprescindibles en tu primer viaje.
Belém: no puedes irte de Lisboa sin visitar este fantástico barrio. Puedes pasear por los alrededores del Monasterio de los Jerónimos, conocer la elaboración de los pasteles de Belém visitando su fábrica, contemplar el puente 25 de Abril desde la Torre de Belém, o admirar las obras de arte en el Museo Berardo.
Castillo de San Jorge: y desde aquí, una de las vistas más bonitas de toda la ciudad. La entrada cuesta 8.50€ pero merece mucho la pena. Su estilo arquitectónico es árabe, y tiene una gran peculiaridad, está plagado de pavos reales. Es una preciosidad ver como se pasean por el castillo y agitan sus plumas.
Centro histórico de Lisboa: aunque esta ciudad esté repleta de cuestas, de subidas empinadas y bajadas pedregosas, tampoco te puedes ir sin pasear por el casco histórico de la ciudad. Es casi obligatorio visitar el barrio de La Alfama, además de ser el más antiguo, está lleno de bares y restaurantes baratos y con buen ambiente. También debes pasear por La plaza de Comercio, La Catedral o Rossio, la plaza más céntrica de Lisboa. En ella se conectan, prácticamente, todos los puntos de la ciudad, además es allí donde paran los famosos tranvías de Lisboa. No es esencial subirse en uno, ya que no son muy económicos, pero hacerte una foto con ellos es ya una tradición.
Lx Factory: Lisboa es una fusión entre lo tradicional y lo moderno, y este complejo es la imagen más representativa de ello. Está situado justo debajo del puente 25 de Abril y es muy fácil llegar allí a través del metro. Con su ambiente underground, este lugar enamora a cualquiera. Está repleto de tiendas de decoración y cafeterías pintorescas, con buena música en directo y decenas de graffitis por todas partes. No es un lugar muy masificado, ya que es poco conocido si lo comparamos con otros monumentos de la ciudad, pero es un lugar imprescindible que necesitas descubrir si viajas a Lisboa.