Lüger no ha podido esperar más. Después de dar la sorpresa al publicar en 2010 su disco debut homónimo y tener que reeditar 200 copias más porque se quedaron cortos, ahora los madrileños vuelven con otro derroche de inventiva y calidad. Siguen con la misma esencia, sigue la clase y la línea que pudimos apreciar en su primer trabajo pero buscando otros derroteros más estrambóticos.
El segundo álbum de Lüger se titula Concrete Light y es un ejercicio de creatividad donde a los largo de sus seis temas va vapuleando al oyente a su antojo. De menos a más, o mejor dicho, de menor a mayor contundencia y vuelta a empezar, Concrete Light se convierte en una montaña rusa de sensaciones, donde el krautrock, la psicodelia y el electrorock van impregnándolo todo a su paso.
Los Lüger están haciendo el camino al andar en cada entrega, haciendo ver que su desembarco en el panorama musical independiente no fue fruto de la casualidad.
“Dracula’s chaffeaur wants more…”