Luis Alberto Romero sueña con Sarmiento y con una nueva generación del 37

Por Julianotal @mundopario

"Se nos habla de gauchos... La lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos". Carta de Sarmiento a Mitre del 20/09/1861



"Si, cualquiera de nosotros puede extrañar a Belgrano, Sarmiento, San Martín, Urquiza y otros próceres de nuestra Patria. No dude en consultar a su médico si esto ocurre..."
Este flagelo que advertía Capusotto que se genera debido al exceso de estress, es posiblemente uno de los sintomas que debe tener el historiador goriliberal Luis Alberto Romero. En el día de ayer, el lúcido escritor portador de apellido publicaba en La Nazión que "no todo debe girar alrededor de Cristina". En un arrebato de desesperación, desencanto liberal y, desde luego, extrañamiento de proceres, advertía que "Muchos nos hemos dedicado en estos años a polemizar con el kirchnerismo (...) Nuestro problema consiste en que, en realidad, no estamos pensando en la alternativa. El kirchnerismo nos mueve a la indignación, la ironía o la sátira. Perezosamente, nos conformamos con habitar un espacio de fácil identificación, y nos parece que ir más allá puede alterar la cómoda armonía. Advertía Francisco Ayala -con referencia a los ambientes antiperonistas anteriores a 1955- que contemplar fascinados la estupidez es una forma de estupidizarse. Algo imperdonable para quienes tienen como oficio pensar."A Romero le desespera en demasía el tufillo populista, relee sus libros de historia mitrista y de historia social y no puede creer que la sociedad argentina siga tropezándose con la misma piedra: primero el tirano Rosas, después el dictador Perón, y ahora, mucho peor, estamos en manos de ¡una mujer! Déspota, tirana, montonera y etc.Desde alguna playa, recostado en una reposera y mientras desayunaba una banana, se dignó a pensar sesudamente para darse cuenta que la oposición no hizo absolutamente nada, y él, en su calidad de intelectual orgánico, no puede seguir haciendo la plancha: hay que retomar el espíritu de la vieja generación liberal que pudo transformar la nación en lo que sería posteriormente el granero del mundo, y el paraíso terrateniente. Romero propone volver a inspirarse en aquella "Generación del 37" que se le plantó al tirano Rosas y establecieron las bases de un cambio. 
"Vale la pena recordar la actitud de la Generación del 37 ante el rosismo. Estos jóvenes quisieron diferenciarse de los viejos unitarios y de su monocorde diatriba antirrosista. Se propusieron entender a Rosas y a la vez diseñar el camino de una Argentina diferente y posible. Tal intento de comprensión se encuentra, en estilos diversos, en el Fragmento preliminar, de Alberdi, y en El Matadero, de Echeverría, lo mismo que en el Facundo, donde, sin escatimar la crítica y la diatriba, Sarmiento hace un ensayo de comprensión de la Argentina profunda".Pero también valdría la pena recordar que la Generación del 37, en realidad diseño el camino de una Argentina diferente y posible pero a costa de imponer- implantar- transculturalizar la patria, haciendo caso omiso de las demandas y el espiritu de las tradiciones y el sentir popular. Paradójicamente, esa generación se inspiraba en el movimiento romanticista que imperaba en Europa se basaba en sentir y concebir la naturaleza, el hombre y la vida que se presentaba de manera distinta en cada una de los país. Los jovencitos locales simplemente se adecuaron a la moda europea, leyeron autores romanticistas y quisieron trasladar las ideas de allá para nuestra tierra. Eran netamente eurocentristas porque de las pampas sólo pululaba lo salvaje y lo bárbaro. En fin, el eterno rol de los intelectuales que nuestra patria supo conseguir: a espaldas del Pueblo. 
"Pero no se quedaron allí. Echeverría y Alberdi plasmaron su propuesta en el Dogma socialista. En la segunda parte de Facundo, Sarmiento formuló un programa para la Argentina posrosista, fundado no tanto en las miserias heredadas como en las posibilidades de un país por hacer. Y en los años siguientes se consagró a estudiar problemas concretos, como la educación. Lo hizo estudiando, mirando el mundo y ensayando en Chile. No abandonó la pasión ni el ojo crítico, pero los puso al servicio de la construcción de un país diferente.""Como la generación del 37, tenemos que imaginar un país un poco diferente. Los grandes temas son claros y no debería haber disensos mayores. Tenemos que encauzar al Gobierno y a la sociedad en los carriles de la ley, y acabar con la idea generalizada de que la emergencia todo lo justifica. Tenemos que transformar la favorable coyuntura económica externa -que todos nuestros vecinos están aprovechando- en desarrollo sustentable del conjunto de la economía. Tenemos que atacar por todos los frentes el problema de la pobreza, que en realidad engloba el conjunto de cuestiones que aquejan hoy a la sociedad, pobre o no. Sobre todo, tenemos que reconstruir el Estado, la herramienta indispensable. Es fácil coincidir en esto. Simplemente son las bases para que podamos empezar a discutir sobre alternativas diferentes para el país".Lo que implora Romero es el retorno al liberalismo, al Estado bobo que sólo se concentre en los intereses de los sectores privilegios. Verdades a medias: si es posible que según algunos análisis la mayoría de los países vecinos están "aprovechando" (mejor dicho creciendo) más que nuestro país, en realidad es porque no sólo nuestro país crece sino que también desde el 2003 profundizó la redistribución y la política económica prioriza y contempla la justicia-inclusión social. Cuando habla Romero de "reconstruir" el Estado, ya sabemos también a qué se refiere....
"No es de hombres prácticos limitarse a denostar lo que la sociedad argentina ha llegado a ser, y que el kirchnerismo interpeló eficazmente. No es lo que hicieron Alberdi o Sarmiento. Quizás haya que pensar, como en las artes marciales, la forma de capitalizar algunas de esas características que el populismo gubernamental supo satisfacer fácil y productivamente. Ha de haber alguna manera de potenciar el igualitarismo democrático de nuestra sociedad, el anhelo juvenil de protagonizar gestas difíciles y hasta el nacionalismo tan arraigado en nuestra cultura".¡Con cuanto menosprecio Romero plantea la necesidad de mitigar el descontento de la chusma! "Capitalizar"  algunas de esas caracteristicas populistas quiere decir en realidad "cambiar el rumbo político económico, y tratar de mantener a raya a las clases populares con algún que otro beneficio", porque entendamos que para estos liberales de mierda lo que le da el populismo al Pueblo no son "derechos" sino "beneficios". Una vergüenza.Finalmente, su columna termina evocando a Urquiza y a Leonardi: que no haya vencedores ni vencidos (aunque sabemos quienes ganan y quienes pierden con el otro modelo de país):"Finalmente, tenemos que volver a pensar todos juntos. Hoy la Argentina está partida por una brecha que es ideológica y política. Nada más y nada menos. Un cambio en el ciclo político puede profundizarla, si no estamos atentos y firmemente dispuestos a evitarlo. No podemos ignorar la experiencia de 1955, del antiperonismo sin futuro y el peronismo rejuvenecido bloqueándose mutuamente. También éste es un tema mucho más importante que los tuits presidenciales. Convendría entonces que, si amanecemos con Cristina, durmamos soñando con Sarmiento".Lo más llamativo del "llamado" que hace Romero, suena más al discurso menemista que a su tan querido alfonsinismo: reconciliación nacional, vaciamiento de ideas, discurso único y des-ideológico. Seguí soñando con Sarmiento, mientras nosotros seguimos profundizando la realidad efectiva.PD: puto http://www.lanacion.com.ar/1546661-no-todo-debe-girar-alrededorde-cristina