Es cuestión de un día o de horas para que Luis Bárcenas, el que puso en jaque a toda la cúpula del Partido Popular, haga su hatillo con sus cosas personales y se convierta en una persona libre tras pasar 19 meses en prisión preventiva por el caso Gürtel. Solo un obstáculo le impide que se cumpla que sus pies vuelvan a pasearse por las calles de Madrid, 200.000 euros de fianza impuesta en el auto de la Audiencia Nacional.
Tras ocho intentos fallidos, parece que a la novena va la vencida. La responsable de dejarlo en libertad es la sección cuarta de la Sala de lo Penal. Si Bárcenas deposita ese dinero, aunque, pobrecito él, ha llegado a decir que tiene grandes dificultades para pagar los gastos corrientes de su domicilio, podrá salir a la calle, aunque tendrá la obligación de hacer unas visitas, cual turista en un museo, al juzgado número 5 de la Audiencia Nacional los lunes, miércoles y viernes. Para que el buen hombre no ponga pies en polvorosa huyendo de nuestro tan brillante y corrupto país, aunque dicen que a día de hoy no hay riesgo de fuga, se le retirará el pasaporte y no podrá abandonar España. Así que sus escapadas internacionales a playas de lujo y estaciones de esquí las va a tener que realizar en territorio nacional.
La única solución es comenzar a pedir limosna a sus solidarios familiares o amigos para que el extesorero del Partido Popular pueda salir, lo antes posible, de la que ha sido su vivienda temporal en la cárcel de Soto del Real. Así Bárcenas podrá regresar a su humilde vivienda en la calle Príncipe de Vergara, en pleno corazón del Barrio de Salamanca, en Madrid, con una superficie de 220 metros cuadrados y un valor estimado en el mercado, incluyendo dos plazas de parking, de más de millón y medio de euros.
Pero la Fiscalía tampoco se lo va a poner facil en este sentido, ya que esta investigará la procedencia del dinero conseguido para la fianza como ocurrió con Pablo Crespo, exsecretario de organización del PP gallego y 'número dos' de la trama Gürtel, imputado por el mismo caso. Crespo tuvo que abonar una fianza de 100.000 euros para salir de prisión y el fiscal ordenó investigar el origen del dinero. Tras hacer las indagaciones pertinentes, se concluyó que el dinero que procedía de préstamos de allegados.
Tal como cita el auto de la Audiencia, puede que "la existencia de ingentes cantidades dinerarias de las que puede disponer y que por ahora se mantienen fuera del alcance de los Tribunales". No vaya a ser que tenga algún que otro fajo de billetes bien morados escondido debajo de las baldosas de su casa.
Los miembros del Partido Popular, preguntados por la inminente puesta en libertad de su más conocido extesorero, se han hecho los suecos haciendo ver que, la posibilidad de que Luis Bárcena vuelva a abrir la boca y abra de nuevo la caja de los truenos, ya no va con ellos. De puertas para afuera todo parece tranquilidad pero de puertas para dentro, según se comenta en "pétit comitée", parece no estar tan tranquilos como nos quieren hacer ver.