El Fútbol Club Barcelona estrena técnico, Luis Enrique parecía predestinado, desde que inició su carrera de entrenador, a vincularse con su ex equipo y la oportunidad le ha llegado, quizá demasiado pronto, para la siguiente temporada. Tras un buen comienzo en el Barça B, donde continuó la gran labor de Guardiola, una irregular trayectoria en Roma, quizá cercana al fracaso, donde se encontró con multitud de problemas que no llegó a resolver y una buena temporada en Vigo, con el objetivo de la salvación logrado holgadamente y realizando un buen fútbol, sube al escalón más grande, un equipo de primer nivel.
Fisico: En sus anteriores equipos se ha caracterizado por ser bastante exigente en la materia, hereda una plantilla relativamente joven, con pocos jugadores de más de 30 años, pero que ha jugado muchos partidos en las últimas 5 temporadas. Martino ha intentado rotar a los jugadores, con desigual resultado, Luis Enrique, a buen seguro que intentará perfeccionar esta faceta. Especialmente importantes serán los casos de Messi, que este año ha sufrido una lesión que lo ha mantenido fuera de los terrenos de juego durante varias jornadas y Xavi, de los jugadores más veteranos del equipo, al que cada año le cuesta más seguir el ritmo de la competición.
Táctico: Ha bebido del estilo culé, sino desde la cuna, sí en sus muchos años en la entidad catalana, tanto de jugador, como de entrenador en el filial. En sus equipos ha intentado implantar, con matices, el juego de posición, no es excesivamente rígido con los esquemas, aunque es cierto que suele partir de un 4-3-3. El ritmo de juego que intentó implantar Martino, fue muy criticado, algo más elevado de los que venía siendo habitual, hizo que jugadores como Alexis se encontraran muy cómodos, pero otros como Xavi vieran reducida su cuota de protagonismos. Será clave acertar en este aspecto, equilibrando el tradicional juego de toque culé, con la búsqueda de la verticalidad. En defensa, Martino se quedó a medias en su cruzada por recuperar la presión alta, una vez más, Luis Enrique deberá concluir esta tarea e intentar que el equipo mejore a balón parado, una de sus grandes cruces.
Mental: Si algo destaca del asturiano, es su carácter, tan fuerte como para, nada más llegar a Roma, enfrentarse a Totti pero con la suficiente mano izquierda como para que, el propio capitán italiano fuera de los que más intentaron que el español no fuera destituido. Va a ser necesario que sepa integrar a las nuevas incorporaciones, que van a ser muchas y para lidiar con los jugadores más veteranos. Deberá, si quiere perdurar en el cargo, ganarse a los Xavi, Messi, Iniesta o Piqué, por poner unos ejemplos y recuperar sus mejores versiones, quizá tenga que variar el rol de alguno de ellos, cambio que tendrá que ser aceptado por ambas partes, para ser exitoso.