Luis Gutiérrez, el crítico de vinos por excelencia

Por Azúcar Y Orégano @azucaryoregano

Luis es el temor de los bodegueros/ Estanis Nuñez


   Miembro del equipo más temido de mundo vinícola. Junto a Robert Parker, escribe para la revista The Wine Advocate calificando los vinos de todo el mundo. Defiende la variedad, la diversidad y afirma que solo cuenta el momento como elemento para escoger un caldo u otro.
   Esta entrevista la publicamos en el periódico El Correo de Burgos. Sin embargo, muchas veces, por temas de espacio, no siempre se puede extender un artículo tanto como nos gustaría. Por esa razón, hemos escogido nuestro blog como soporte para dar cabida a todas aquellas preguntas que no pudimos introducir. De ahí que diferenciemos estos interrogantes adicionales con el color azul. Esperamos que os guste.    De informático de la Politécnica de Madrid a crítico de vinos. De coger el metro todos los días para ir a trabajar a la empresa, a coger aviones para ir a catar vinos en diferentes países. Obviamente el intento por equiparar ambos estilos de vida es inviable, pero sí necesario para comprender la trayectoria del entrevistado. Un hombre corriente cuya pasión se convirtió en su trabajo. El vino llegó a Luis Gutiérrez, después de un largo tiempo de maduración, con un cierto grado de esfuerzo y con la acidez semejante a la ilusión necesaria para convertir una afición en su ocupación. Hoy en día es uno de los críticos de vinos más influyentes del mundo, liderando en España, Chile y Argentina al equipo Parker. Un grupo de eruditos cuyas valoraciones son tan sagradas, que dictaminan el porvenir y el futuro de un caldo.
Pregunta.- ¿Cómo fue ese momento en el que empiezas a escribir junto a Robert Parker?
Respuesta.- Bueno, antes de empezar con Robert Parker, yo ya me dedicaba a escribir sobre vinos. Tenía mi web junto con otros compañeros, escribía en una publicación inglesa y he hecho colaboraciones en libros dedicados a distintos vinos. Pero fue en febrero de 2013 cuando se produjo una reestructuración en el equipo de Parker, porque uno de los componentes se marchó. En ese momento buscaban a un nuevo candidato, investigaron sobre mí, leyeron mis artículos y me llamaron directamente. 
P.- Parker y sus puntuaciones son considerados un sistema de referencia conocidos y temidos por todos los bodegueros del mundo. ¿Cómo es él en persona? 
R.- Bueno, Parker es una persona muy corriente y comenzó en esto del vino como yo. Él era un aficionado más, pues era abogado. Un día decidió escribir sobre vinos como afición, creó The Wine Advocate y al final, esas valoraciones han conseguido convertirse en una opinión máxima. Al margen de las puntuaciones y su profesionalidad, su forma de ser es muy jovial, le gusta pasarlo bien, la buena comida y por supuesto, los vinos. 
P.- Ahora que mencionas las puntuaciones, ¿en qué consiste el sistema Parker? 
R.- En realidad, se trata de una jerarquización, donde se colocan los vinos en orden. Es un sistema sencillo, porque la gente suele perderse entre las palabras. Intentamos ser concisos y en realidad, Parker cogió el sistema de puntuación de los colegios. En Estados Unidos, los exámenes y los niños son evaluados de esta forma. 

Logo de la revista "The Wine Advocate'


P.- Eres castellano y leonés, ¿alguna vez has dejado que tus raíces motiven una puntuación más favorable a un vino de la tierra? 
R.- Lo cierto es que no, yo me considero de todos lados. Además, mi mujer es británica, con mezcla italiana e irlandesa, tengo amigos por todo el mundo y quizás soy un privilegiado de poder tener a mi alrededor gente de tantos sitios. Obviamente, el hecho de ser español me ayuda a entender la cultura, pero no dictamina mi valoración. Intento buscar vinos con personalidad, que no sean estandarizados.
P.- Según tu criterio, para ser un buen crítico de vinos, ¿cuáles son las cualidades/ estudios/ habilidades que necesita una persona para conseguirlo?

R.- Creo que es cuestión de entrenamiento. Hay que probar cuantos más mejor, de todas las formas, precios y colores. Tengo 50 años y soy aún un principiante, todavía necesito muchos más años de entrenamiento. Lo que sí debe haber es pasión, con ella está gran parte del trabajo hecho.  


P.- ¿Qué ocurre cuando no se valora el vino tanto como sus creadores quisieran? 
R.- Ante todo hay que tener claro que son opiniones. Recuerdo unas palabras de Parker: «Si todo el mundo está contento, no estarás haciendo bien tu trabajo». Es decir, mi opinión no tendría valor si no existieran diferencias y éstas las marcan los propios vinos. Por ejemplo, dentro de una denominación de origen no todo es igual. Hay vendimias malas, hay estilos que no gustan, etc., son muchos factores y no siempre se puede servir a gusto de todos. A pesar de todo esto, nunca me he encontrado con una situación incómoda tras dar mi puntuación. Lo cierto es, que si no digo la verdad, no estoy haciendo un favor. Las críticas constructivas son necesarias, aunque al principio cueste verlas. 
P.- ¿Han intentado alguna vez cambiar tu criterio o que vaya con una predisposición favorable? 
R.- Bueno..., (risas), una vez entré a catar unos vinos y las copas donde los sirvieron iban grabadas con mi nombre. Claro, al ver eso yo quería que la tierra me tragase, ni yo mismo me lo creía. Pero tengo que decir que esto no siempre me pasa, fue algo puntual. La gente que me conoce sabe como soy y sabe que siempre voy a ser sincero y profesional. La gente siempre va a tratar de influir, pero está en ti tener capacidad para aislarte. 
P.- ¿Alguna vez te has arrepentido de dar alguna puntuación? 
R.- Pues al margen de que la gente no me crea, debo decir que no. El valorar un vino no es una ciencia exacta, cada botella es diferente y cada momento distinto. Lo que hay en una botella refleja las viñas, el paisaje y todo. Probar un vino no es suficiente, pues cuando los vuelvo a probar pienso: «Oye, este caldo es mejor de lo que recordaba». Pero son valoraciones globales, no es matemáticas, no es una ciencia exacta. 

Foto oficial de Luis/ The Wine Advocate

P.- Después de tantos vinos, de tantas catas, habrá algún género que te guste más que otros.
R.- Me gusta la variedad y la diversidad, me aburre beber siempre lo mismo. Por ejemplo, en verano no comes, ni bebes lo mismo que en invierno. Además, si comes una ensalada, se apetece un vino refrescante; si estas con una carne, deseas un vino rancio; si comes salmón, un cava es lo mejor e incluso con el postre, tanto el moscatel como el oporto son la clave. No puedo escoger un solo, todos son aptos, solo depende el momento en que lo consumas.


P.- ¿Crees que el mundo de los vinos es un desconocido aún en la sociedad española?R.-Tenemos poca cultura del vino y hay mucho desconocimiento sobre él. Yo ni siquiera sé tanto, cuanto más conoces de él, más te das cuenta de que no sabes nada. Cuesta creer que exista esa ignorancia del vino, cuando somos uno de los países con mayor producción del mundo.


P.- España no es el único país por el que te mueves. Argentina y Chile son otros de los rincones del mundo donde sueles catar vinos. ¿Qué destacarías de ellos? 
R.- Pues estos países se están redescubriendo y están en un momento de cambio. Es fascinante, porque tienen una gran variedad y son unos grandes desconocidos. Durante muchos años se les ha estado catalogando como caldos comerciales y baratos y es un burdo estereotipo. Por la zona de la Patagonia los vinos son excelentes y Chile tiene esa diversidad de vinos que se elaboran al lado del mar y vinos que se crean al lado de la montaña. Merece la pena conocerlos y se lo recomiendo a todos. 

P.- Si un vino no es bueno, ¿en qué aspectos se aprecia?

R.- Hay que partir de la base de que la valoraciones son subjetivas, pero dentro de la misma siempre va haber algo de objetividad. Así pues, en el vino podemos encontrar "defectos" procedentes del momento de elaboración, que le va a restar punto; por ejemplo, que se haya estropeado porque tenga algún compuesto innecesario, por un exceso de madurez, de verdor, de extracción, de madera o de lo que sea. Sin embargo esto no es como las matemáticas y todo puede variar.  

P.- Robert Parker llegó a afirmar una vez que el problema de muchos vinos españoles es el hecho de que pecan de usar mucho el barril de roble francés y que este ensombrece el sabor de los caldos. ¿Piensas lo mismo? 
R.- Más que eso, creo que se intenta simplificar la forma de hacer un buen vino, pues muchos intentan emular a los vinos franceses y no es eso. La cuestión es crear algo novedoso, crear tu propio estilo. 

El crítico vinícola afirma que no tiene vinos preferidos / Estanis Nuñez


P.- También hay otra polémica y es que dicen que muchos bodegueros cambian su "receta" para que se parezca mejor al gusto de Parker, ¿crees que es así? 
R.- No lo creo, porque Parker ha evaluado multitud de vinos, muchos de ellos con gran puntuación y muy distintos. Un ejemplo es el Chacolí, a Parker le encanta, porque le gusta la variedad y no se ciñe a un único prototipo. 
P.- ¿Qué te depara el año 2015? ¿Alguna cata en concreto? 
R.- Bueno yo me muevo mucho por el calendario editorial, que sigue un poco las temporadas de las cosechas. En el 2014 caté alrededor de 4.000 caldos, y yo he sido quien ha escrito, quien ha editado fotos, quien ha buscado información..., por lo que supongo que me espera mucho trabajo en este nuevo año. Va a ser ajetreado 2015.
 Esperamos que os haya gustado este nuevo truco y por favor no dudéis en comentarlo. También deciros que estamos presentes en infinidad de redes sociales: TwitterFacebookPinterest, etc., (columna de la derecha) y nos gustaría teneros allí también. Os esperamos en la próxima, aquí, en Recetas de Azúcar y Orégano.
Texto: PROPIO