Hace 4 mil años en Babilonia existía la costumbre de regalarle al novio por parte del padre de la novia una dotación abundante de una cerveza basada en miel para todo un mes lunar (una luna).
Más acá en el tiempo durante el Imperio Romano la madre de la novia dejaba todas las noches durante un mes (lunar también) un recipiente con miel en la alcoba de los novios. La miel era considerada un alimento que ayudaba a la fertilidad.
En el mismo periodo pero en lo que hoy es Alemania, las tribus acostumbraban a realizar sus bodas durante la luna llena, luego los novios bebían licor de miel durante un mes hasta la próxima luna llena. La miel era por el mismo motivo, fertilidad.
En varias tribus bárbaras de Europa se estilaba que los hombres secuestraran a sus mujeres de aldeas cercanas y con la ayuda de su mejor amigo (padrino) la mantenían oculta durante un mes. Tiempo suficiente como para que la familia de la joven la dejara de buscar, luego él con la muchacha salían de su escondite y el tiempo transcurrido hacia que se los considerara casados.