Saltó y se encaramó a su tejado! El gato sabía que, como cada noche de luna llena, podría compartir su amor con ella, a pesar del silencio! Era una cálida noche de Primavera y el resplandor de su luna iluminaba cada rincón de su corazón en esa esperada y mágica velada! Y cerró sus ojos y se dejó seducir por sus emociones interiores y soñó, como siempre hacía…
Y la vio a ella paseando por el sendero hacia el bosque encantado, como cada día hacía con sus niñas, en ese lugar lejano donde nace cada día el arcoiris! Y era encantado porque allí estaba ella y en él encontraba ese amor que sentía cercano, aunque siempre lo había vivido demasiado lejano! Y la veía sonreir ante las infantiles muecas y miradas de asombro de las niñas ante cualquier sonido nuevo o rayo de sol que se reflejara en su bello rostro…
Y la luna estaba allí, con ellas, como cada noche de luna llena, aún en la plena luz del día! Y al paciente gato su bella sonrisa le hacía sentirse bien, amado y pleno, como siempre que soñaba en ella! Y soñó, una vez más, estar paseando por ese mismo sendero, aunque sabía bien que el bosque encantado en una noche de luna llena estaba cada día en su corazón, donde ya para siempre estaban ellas…
Y el gato soñó, como cada noche desde su tejado, que algún día podría abrir ya sus felinos ojos para seguir soñando y pasear por el bosque encantado con su adorada luna y compartiéndola para siempre con ellas…
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