William E. Izarra
1) Toda operación militar de USA en América Latina debe preocupar y alertar a los países latinoamericanos que mantienen una postura antiimperialista y de clara identificación ideológica contraria al status quo que impone USA.
Además, estas operaciones obligan a los antiimperialistas a disponer de los dispositivos de seguridad nacional que cada país ha elaborado para su autodeterminación y soberanía territorial. El bloqueo en el Caribe es una operación muy peligrosa. Sin embargo, a USA se le perdió el miedo. Se puede derrotar.
2) Desde la llegada de Trump al gobierno, el mundo entero comenzó a vivir la nueva etapa de los intentos hegemónicos de USA. Con la meta de alcanzar la superioridad militar como factor coercitivo en sus relaciones, USA replantea su estrategia geopolítica reconocida como “la era del reequilibrio del poder mundial”. Esto implica fortalecer sus fuerzas militares y dotarlas de mayor presupuesto para gastos operativos y tecnológicos a fin de superar a sus oponentes más cercanos: China y Rusia. Significa también, neutralizar a aquellos países que han asumido un modo de vida que vaya sustituyendo progresivamente al capitalismo.
Esta era que inaugura Trump implica también aliarse con sus contrincantes a un nivel de relaciones que le sirvan a sus intereses; y, en la medida de irse posesionando de mayores espacios territoriales por vía de la coacción militar y de los gobiernos de países sumisos, alterar esas relaciones para someterlos, girar hacia la hegemonía unipolar y lograr de nuevo la superioridad militar, territorial, económica e ideológica.
3) Los ejercicios denominados “Operación Amazonas”, que efectúan las fuerzas militares brasileñas desde el 2 y hasta el 23 de septiembre, prenden una alerta militar de seguridad y defensa en Venezuela.
Primero, por lo que implica esa movilización militar ordenada por el gobierno de Bolsonaro, quien se ha puesto a la orden de USA para liquidar al gobierno del Presidente Nicolás Maduro y a la Revolución Bolivariana. Segundo, porque no es descartable que se unan a este ejercicio “asesores militares de USA”, quienes pueden arrastrar a las fuerzas multinacionales de los países latinoamericanos sumisos a Trump. Tercero, porque la operación tenazas (plan militar del comando sur contra Venezuela) de bloqueo y envolvimiento militar se podría ejecutar en octubre (fecha estimada por el mismo Trump); unos días antes de las elecciones de noviembre a fin de ganar votos en los colegios electorales. Los ejercicios en la Amazonía avivan el deseo de actuar para neutralizar a Venezuela. Cuarto, porque los halcones que dirigen el gobierno de USA están sustentados en el Decreto Ejecutivo que califica a Venezuela de amenaza inusual a su seguridad nacional, justificación para liquidar al incipiente socialismo venezolano; y, porque el mismo Trump ha considerado como un posible hecho contra Venezuela la opción militar antes de ser reelecto. Él tiene la potestad de escoger el Día “D” y la hora “H”.
Punto final, tenemos que incorporar a estas razones la realidad venezolana, en donde desde el punto de vista de la teoría revolucionaria se ha ido fortaleciendo la construcción del socialismo bolivariano; el cual representa para la región y el mundo una imagen objetivo debido a la concreción de sus programas sociales. Además, se le suman gruesos filamentos de alta moral a la Revolución Bolivariana por la derrota que le propinó al terrorismo en 2014 y 2017, (en ambos momentos el terrorismo fue gestionado por USA y las fuerzas revolucionarias lo derrotó). Estos antecedentes inmediatos, latentes en el escenario político actual, influirán de manera determinante en otra derrota a USA si siguen insistiendo en acabar con la Revolución Bolivariana.