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MÚSICA
Lunáticos en el Museo
Publicado el 22 enero 2016 por
Pablosiana
@pablosiana
Jueves 21 de enero
, 19:00 horas
.
Museo de Bellas Artes de Asturias
, Oviedo. Conferencia "Pierrot Lunaire, la actriz y el pintor de sonidos" a cargo de
María Sanhuesa
.
20:00 horas
, Concierto (extraordinario)
OSPA
en el Museo:
Pierrot Lunaire, Op. 21
(
Schoenberg
):
Rossen Milanov
(director),
Fernando Zorita
(violín),
María Moros
(viola),
Maximilian von Pfeil
(violonchelo),
Peter Pearse
(flauta y flautín),
Andreas Weisgerber
(clarinete),
Antonio Serrano
(clarinete bajo),
Patxi Aizpiri
(piano),
Anna Davidson
(soprano).
Foto ©OSPA
En plena celebración de las bodas de plata de nuestra orquesta y programando conciertos en distintas ubicaciones, el recién ampliado
Museo de Bellas Artes de Asturias
siempre abierto al arte global, acogió en la zona nueva
una jornada
lunática digna de recordar, comenzando con la conferencia de la doctora
Sanhuesa
que fue más allá de las
notas al programa
tituladas "El retrato oscuro", con un lleno preparando el posterior concierto (y colas desde media hora antes), que nos enseñó, como buena docente que es, no solo a entender la muerte del Romanticismo en 1912, año del estreno de este
Pierrot Lunaire
, recordando al
Schoenberg
pintor que dudó por esta disciplina en vez de la "orfeística", preguntándonos si alguna vez hemos tenido ganas de matar a alguien, toda la carga satírica y crítica de
una María
siempre completa e inspirada, inquiriéndonos si podríamos matar el claro de luna...
la respuesta estaba en el viento
, imágenes y sonidos,
Caspar Friedrich
y el
Werther
de
Massenet
,
Debussy
y la
Salomé
de
Richard Strauss
, ya cercana a un año histórico, también recordando cuadros de nuestro
Evaristo Valle
, de
Picasso
o
Juan Gris
y hasta
Botero
, con
pierrots
y
arlequines
músicos y las referencias al "
futurismo
asesino" para hacer música en el museo, poner sonido a la imagen, cultura de la que siempre estaremos hambrientos, la evolución de la
Commedia dell'Arte
y su inspiración artística mostrando también el
lado oscuro
de esta fuerza atesorada por un lunático
Pierrot
capaz de
matar a cosquillas su Colombina
, tortura o violencia sin géneros, incluso recordarnos qué es la
triscadecafobia
desarrollada por un
Schoenberg
al que la numerología puede apagar la luna poniendo luz pantonal (mejor que atonal y con la carga que hoy tiene el término "
pantone
") en una
obra centenaria
que sigue asombrando.
Milanov
se puso al frente de sus músicos trayendo del "otro lado del charco" a una soprano norteamericana cual
Pierrot
contemporáneo interpretando los versos franceses de
Albert Guiraud
traducidos al alemán por
Otto Erich Hartleben
y encargados por
Albertine Zeh
me
, una actriz del melodrama (desde la acepción de palabras con música) a un
Schoenberg
siempre rompedor capaz, de conseguir lo máximo desde lo mínimo en unos tiempos de crisis totalmente actuales. Un placer poder seguir
los textos
en la revista trimestral de la OSPA con su correspondiente traducción al español, tres veces siete, veintiún melodramas de
12a
estrofas vestidos por siete -en vez de cinco- enormes instrumentistas (donde
Zorita
sustituía a la programada
María Ovín
, baja por lesión) para ir recreando paisajes llenos de expresionismo, simbolismo y decadentismo, críticos con un romanticismo trasnochado, despojándolo de las lunas convertidas en inquietantes círculos rojos, desmenuzando cada texto algo falto de la fuerza vocal del
sprechgesang
(“canto hablado”) en momentos puntuales -y yo estaba situado a menos de cinco metros- pero inmenso con unos solistas a los que
Schoenberg
trata con un lenguaje contrastante, arisco y melódico desde un concepto tímbrico, combinaciones sonoras bien resueltas por los siete magníficos. Momentos álgidos en cada grupo de siete como
Der Dandy
vertiginoso,
Rote Messe
contrastado con madera y piano trémulos a la vez que escalofritantes, y
Heimfahrt
verdadera "vuelta a casa" de cálida madera y saltarinas teclas bien asentadas para una voz más cantada que hablada, tres ejemplos con cargas emocionales llenas de pinceladas nocturnas sin luz de luna.
Descubrimiento especial el "fichaje" cellístico
von Pfeil
o las sonoridades de
Serrano
en el clarinete bajo, la confirmación de los conocidos con un
Pearse
pletórico en un flautín desgarrador, un
Weigerber
incisivo, la recuperación del
Aizpiri
pianista con tanto trabajo sustentando cada cuadro, y un dúo
Zorita
-
Moros
recordando texturas olvidadas y corroborando el impresionante momento que estos músicos de la
OSPA
atraviesan en esta temporada plateada cual luna llena. Al maestro
Milanov
se le nota feliz con estos repertorios y apuestas por escenarios que terminarán siendo habituales para la música, siente esta música más que otros periodos, puede que sus carencias queden compensadas con conciertos arriesgados, y este de
Schoenberg
lo era. Cierto que sus músicos responden aunque los invitados parecen quedar en segundo plano, caso de una
Davidson
que luchó por sentir este
Pierrot
desde el poderío de unos textos alemanes muy exigentes, demasiado "pegada al papel" y esperando más escena. Mezclar lo grotesto, lo ligero, lo sentimental, parodia e ironía, horror y absurdo, no es tarea fácil, pero los cinco que fueron siete nos hicieron pasar por todos los estados posibles superando con creces lo esperado y alcanzando un éxito impensable para muchos lunáticos que hoy poblábamos el museo.