Lunfardo

Publicado el 30 julio 2011 por Crysolidan
Sugerida por...José Luis
1. Habla que originariamente empleaba, en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, la gente de clase baja.
2.Delicuente. Argentina y Uruguay (poco usado)

El lunfardo es una manera peculiar de hablar que, en origen, empleaba la clase baja en la ciudad de Buenos Aires y sus alredededores. Inicialmente se trataba de una jerga gremial de delincuentes, aunque posteriormente muchos de sus vocablos se acabaron introduciendo en la lengua popular de Argentina y Uruguay...
En cualquier caso, el lunfardo es sin duda un lenguaje muy expresivo y creativo, que usa todo un arsenal de herramientas para la formación de vocablos, como las metáforas (por ejemplo “tambor” es el perro por la alarma que causa), la metátesis -cambio de lugar de algún sonido en un vocablo-, la supresión de fonemas, (como la "yuta” por "yunta", refiriéndose a la policía por la costumbre de los agentes de pasearse de dos en dos).
Además, muchas de sus expresiones son préstamos de otras lenguas que llegaron con los inmigrantes europeos tras adaptarlas a la morfología castellana, como por ejemplo “jailaife” -vividor- del inglés "high life".
Hoy trasladamos a nuestro artículo la letra del tango Triste Paica, de Homero Manzi.
Un patio de conventillo bajo la parra fulera y una viola dominguera que esgunfia con su estribillo; un compadre estilizado, salido de los versos de Carlos de la Púa, y un lunfardo remanyado, bacán de la ganzúa por pura vocación.
Sobre el viejo patio de ladrillo parás dos pibes un bolón y el encargao del conventillo tira la bronca con razón. Si pegás de repe, no vale, dice el rebolo cascador, por que los pibes del suburbio nunca la ganan a traición.
Cien pasiones se prendieron en la antorcha de sus ojos y en sus lindos labios rojos y en las crenchas de su pelo, porque, igual que los gorriones, sus veinte primaveras sangraban sus canciones, en el patio proletario perfumado de diosma, de orégano y clavel.
Sobre el viejo patio de ladrillo tuvo el lunfardo una ilusión, y la pebeta del conventillo en su prontuario fue una flor. Pero enceguecido de celos el otro taita compadrón, sin la nobleza de los pibes .
¡Hasta el próximo baile!
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