Lo que más me gustó de la reflexión, es que no decía cuál era la opción difícil. Supongo que la idea, gran idea por cierto que tuvo el guionista, era que en función de cada momento personal, los espectadores, completáramos la frase.De este modo, ¿quién no iba a sentirse identificado?
Las cosas importantes, las cosas que realmente hacen feliz, las cosas que tienen un valor incalculable, no llevan colgado una etiqueta con un número de muchas cifras.
El problema es que las prisas, los nervios, las inquietudes, los miedos, las listas de cosas por hacer, y las mil excusas que nos ponemos; nos ayudan a irnos encogiendo el corazón y a taparnos los ojos por el miedo a descubrir lo maravilloso que tenemos ante nuestros ojos y sobretodo, lo difícil que será conservarlo sin trabajar por y para ello.Para ilustrarlo, he escogido esta foto, porque refleja perfectamente los dos puntos que quiero recalcar, que necesito recalcar hoy en esta entrada, para que no se me/nos olvide, la clave del asunto.La lupa es una lente de aumento, es decir, es un aparato que nospermite agrandar lo que deseamos ver. Para que cumpla su misión, el usuario, necesita calcular la distancia correcta que le permita aumentarlo lo suficiente sin distorsionar el objeto. Y requiere de un movimiento lento y una capacidad de retención para ver lo agrandado en su totalidad por partes y con detalle.La llave, por sí sola no es capaz de abrir nada si no es introducida en la puerta correcta. Y sólo será capaz de abrir la puerta, si al hacerla girar, conseguimos que los engranajes encajen y se muevan, aplicando la fuerza y realizando el movimiento adecuado.Lo más curioso, es que si juntamos ambos conceptos, nos damos cuenta de que lo que el fotógrafo nos intenta transmitir: que la llave que abre la felicidad es una correcta visión. Habrá que ponerse manos a la obra, y ponernos a investigar como hacen los detectives para que no se nos pasen las pruebas y conseguamos descrifrar lo importante. Porque entre tanta búsqueda, pasa la vida, y corremos el riesgo de que entre tanta cosa nos quedemos a las puertas, con el caso abierto y el muerto en la cocina.**La fotografía es de Chema Madoz.Desde aquí quiero agradecer la gran presentación que me ha hecho mi hermana de este artista, y al documental que he visto sobre él llamado: Imprescindibles. Ha conseguido que esté perdidamente enamorada de la mirada con que contempla la vida.No sé si lo que más me gusta de su arte es la capacidad de ver lo que nadie más ve, o la facilidad con que le da la vuelta a lo cotidiano haciendo verdadera poesía con sus fotografías.