Lush Cosmetics

Por Rusta @RustaDevoradora

Ya son varias las opiniones que os he dejado sobre diversos productos de la marca Lush, pero todavía no he hablado de esta firma en detalle y hoy me apetece hacerlo. La descubrí hace casi un año a través de un jabón que solucionó mis problemas de acné y desde entonces me he enganchado a sus originales y exquisitos productos: jabones, gelatinas, bálsamos labiales... Con este comentario espero que podáis conocer en profundidad todo lo que ofrece Lush y mi valoración personal sobre cuáles son sus puntos fuertes y débiles.


Su filosofía

Lush lleva poco más de quince años en el mercado y desde su creación tuvo una cosa muy clara: no quería convertirse en una empresa para masas de las que fabrican productos de uso común sin preocuparse más allá de lo básico por su formulación. Esto tiene una ventaja importante: sus artículos son naturales en gran medida y están hechos a mano, con lo que se presupone un mayor cuidado en su composición. Ahora bien, esto lleva adherido un inconveniente que no se puede pasar por alto: los ingredientes frescos y el proceso de elaboración tienen un coste más elevado que en las firmas masificadas, de modo que sus precios también son más altos que los de estas. Los precios por unidad no son prohibitivos, pero digamos que cambiar tu rutina cosmética por productos de Lush al completo sí que sale caro.

Esta firma se caracteriza por tener un gran sentido ético con los animales y el medio ambiente: por un lado, no experimenta con animales ni compra ingredientes a las empresas que sí lo hacen; por el otro, fabrica gran parte de sus jabones en formato sólido para ahorrar espacio y envuelve todos sus productos con materiales reciclables (a menudo un simple trozo de papel). Además, participa activamente con campañas de concienciación social que lanza desde la propia tienda (por ejemplo, con productos cuyo importe entero salvo el IVA se dona directamente a una iniciativa solidaria). Sin lugar a dudas, sus principios son admirables.


Las tiendas

Solamente conozco una tienda física de Lush, así que lo que describo en este apartado se corresponde únicamente a esta. La tienda es pequeña, limpia y con los productos bien colocados. Al entrar se desprende un aroma intenso fruto de la mezcla de olores que hay en el interior, como suele suceder con este tipo de cadenas. La atención que he recibido siempre ha sido buena, las dependientas se muestran amables y si les pregunto me explican para qué sirve cada producto sin poner malas caras. En algunas compras me han obsequiado con muestras, aunque una vez tuve que pedirlo expresamente (había gastado bastante) y estaría bien que las dieran por sistema, sin que tuviéramos que preguntar (al fin y al cabo, las muestras son trozos pequeños que se quedan por ahí cuando cortan el jabón y demás).

A propósito de esto último, no quiero olvidarme de reseñar algo obvio para quienes conocemos Lush pero que puede resultar chocante para quien no conozca de nada esta marca: la mayoría de sus productos tienen un formato peculiar (sólido, gelatinoso…) y se venden al peso, como si de una sandía se tratara. En la tienda pides la cantidad que quieres, te cortan la porción y la envuelven con papel (en el caso de los jabones) o la guardan en un recipiente de plástico blando (cuando lo que compramos es gelatina). También tienen artículos con presentaciones más convencionales (cremas corporales y faciales, geles líquidos…), pero eso sí, todos sus envases son reciclables.


Oferta de productos

- Ducha. Además de los geles líquidos al uso, tenemos jabones sólidos, exfoliantes, geles en crema, las curiosísimas gelatinas y las no menos originales emotibombs (unas pastillas que se colocan en el plato de ducha y desprenden aromas revitalizantes o afrodisíacos, según la variedad). De todos estos productos he probado varios jabones, un par de gelatinas y un gel líquido: todos me han dado buenos resultados, aunque lo que más se amortiza son los jabones sólidos. Los geles líquidos traen poca cantidad y son caros; y las gelatinas las veo como un capricho para comprar cada cierto tiempo, no como un producto de uso habitual. Con respecto a los demás artículos, me temo que con los geles en crema ocurre lo mismo que con los líquidos, y las emotibombs lo siento pero no me motivan lo suficiente para comprarlas (me encantan los aromas de Lush, pero no tanto como para gastarme tres euros en una pastilla para la ducha). Lo que sí quiero probar son los exfoliantes, que me consta que son buenos.

- Baño. Esta sección me causa una gran frustración: tienen productos muy tentadores, pero no entran en mis intereses porque nunca me baño (la ducha me parece más cómoda y el ahorro de agua es considerable). Aun así, puedo deciros que tienen bombas que se meten en el agua y hacen espuma, además de oler de vicio y aportar propiedades beneficiosas para la piel; aceites en formato sólido que se derriten en el agua y aportan suavidad a la piel, entre otras cosas; y burbujas, similares a las bombas y con aromas exquisitos. ¡Qué tentador es todo!

- Rostro. Aquí encontramos los productos de cuidado básico (limpiador, tónico, hidratante, mascarilla…), pero claro, nada en Lush es básico. Los limpiadores en su mayoría son de tipo sólido, como el jabón Farmacia de Guardia que uso yo. Entre los tónicos, los hay en spray y unos muy curiosos: unas pastillas que se colocan en el desagüe y hacen vapor (me tientan, me tientan, lo malo es que salen carísimos para usarlos a menudo). Hay cremas hidratantes para todos los tipos de piel, yo llevo unos meses con la Vanishing Cream (para piel grasa) y puedo deciros que me va estupendamente, me parece una de las mejores que he encontrado para la problemática de mi rostro. La línea de bálsamos labiales es bastante amplia y los tres que he probado me han encantado, hidratan y reparan en profundidad. Un producto curioso de este apartado son las mascarillas faciales, que tienen la particularidad de ser frescas y una vez las compras tienes que usarlas pronto para que no se estropeen (si las compras vía Internet, creo que incluso las envían con correo urgente). Me tientan muchísimo, pero a mí cada dosis de mascarilla me dura bastante y ahora mismo no me compensa pagar lo que cuestan porque no estoy segura de gastarlas en el tiempo previsto, aunque las tengo en mente para cuando se presente una ocasión especial. También tienen sérums, exfoliantes (Herbalísimo me encantó), contornos de ojos, lociones para después del afeitado y hasta bases de maquillaje.

- Cuerpo. Aquí encontramos desde las clásicas cremas hidratantes corporales a las mantecas que se presentan en formato sólido, todas ellas con propiedades altamente nutritivas pero con un precio bastante elevado para la cantidad que traen. Estoy convencida de que merecen la pena, aunque todavía no me he animado a probarlas por su coste. Dentro de este apartado también encontramos las curiosas barritas de masaje, ideales para disfrutar en pareja, además de productos para manos y pies, desodorantes en formato sólido e incluso polvos de talco. ¡Tienen de todo!

- Cabello. A diferencia de otras marcas, los productos capilares de Lush no contienen siliconas y por ello a la larga su uso compensa porque nuestro cabello se verá mejor y no acumulará tantos ingredientes químicos. Todavía no me he animado a descubrirlos, pero puedo deciros que tienen de todo: champús, acondicionadores, mascarillas, geles fijadores y hasta henna, todo deliciosamente tentador pero, de nuevo, bastante caro, más o menos igual que los productos de farmacia. A modo de curiosidad, algunos champús y acondicionadores se presentan en formato sólido (tengo una muestra de uno, así que ya os contaré qué tal va).

- Fragancias. Seguramente estos artículos son los que menos me llaman de la tienda: fragancias, tanto sólidas como convencionales, con aromas que van desde los cítricos a los flores, sin olvidar algún olor exótico o afrodisíaco. Los sólidos me parecen bastante originales, pero no me atraen lo suficiente como para querer probarlos. Donde esté un perfume de toda la vida…

- Colecciones especiales. En ciertas épocas del año, Lush saca productos especiales que solo se venden durante unas semanas (Navidad, Halloween, San Valentín…). A veces son muchos y a veces no tanto, depende de cada ocasión. Algunos de los aromas de estos artículos se repiten en productos que están disponibles todo el año (entre otras cosas, porque si ven que uno funciona bien les conviene que uno parecido se encuentre siempre a la venta), pero por si acaso vale la pena aprovechar estas colecciones por si no podéis volver a adquirir un determinado producto hasta el año siguiente. Entre lo que caracteriza cada colección, puedo deciros que la de Halloween tiene aromas fuertes y picantes, la de Navidad es más dulzona, la de San Valentín tiene fragancias que se suelen tildar de románticas, etc. También se suelen vender lotes o cestas con varios de estos productos, perfectos para hacer un regalo.

Ventajas

- Después de probar unos cuantos productos suyos, puedo decir que Lush me parece una firma de calidad y no me he arrepentido de pagar un precio más elevado que los de las marcas blancas. Destaco especialmente los artículos para el rostro y la ducha, que es donde más variedad he probado: cremas hidratantes, bálsamos labiales, gelatinas de ducha y jabones sólidos. La única decepción que me he llevado ha sido con un gel anti-granos y que, en mi opinión, va tan mal como los equivalentes de otras marcas, porque es un tipo de producto que hoy por hoy carece por completo de eficacia.

- La composición de los productos está muy cuidada, con ingredientes frescos y naturales en su mayoría. Todavía tiene que llover mucho para que todos tomemos conciencia de la importancia de respetar los derechos de los animales y cuidar el medio ambiente, pero me siento bien al utilizar productos de una firma que sé que vigila estos aspectos y no nos vende la composición química de turno. Si os fijáis, entre las marcas para masas hay productos que prácticamente tienen los mismos ingredientes pero cambian el nombre de los artículos para hacernos creer que necesitamos los dos, o ponen uno mucho más caro que el otro (como ocurre al comparar una marca comercial y una blanca). Los productos de Lush tienen sello propio y aportan algo distinto al mercado.

- Entre su oferta hay cosméticos originales y texturas novedosas: gelatinas de ducha, bombas y burbujas de baño, barritas de masaje, champús sólidos… Da gusto echar un vistazo a su catálogo y dejarse sorprender con todas sus propuestas, sin duda este es uno de los grandes atractivos de Lush. Lo mejor de todo es que, pese a los primeros reparos, después de usar los productos ves que son más que un cosmético perfumado bonito y realmente son eficaces en su función.

- Sus fragancias están muy logradas. Desde bálsamos de chocolate a jabones con aroma a pastelito, sin olvidar las gelatinas revitalizantes y las barritas dulces para darse un masaje en pareja… ¡Hay tanta variedad de olores! Seguro que encontraréis más de uno que os enamorará. Obviamente, también hay productos en los que la fragancia no destaca (como el limpiador facial Farmacia de Guardia o las cremas hidratantes para el rostro), todo es cuestión de buscar en el apartado adecuado.

- Su oferta de productos es muy variada y cumple todas las necesidades de cosmética: cuidado facial, rostro, higiene, cabello… Donde más destaca es en los jabones y en los artículos curiosos, pero en los más discretos a priori puedo deciros que también hay mucha calidad (sin ir más lejos, uso una crema facial que me va de maravilla). Si os engancháis a Lush como he hecho yo, ya lo iréis descubriendo todo.


Inconvenientes

- Por el momento hay pocas tiendas físicas y, aunque se puede hacer el pedido por Internet, hay gastos de envío y lógicamente no es lo mismo. Yo tengo la suerte de tener una tienda cerca, pero entiendo que muchas lo tenéis más difícil para acceder a sus productos. De todas formas, en foros y webs de belleza cada vez se habla más de Lush, así que si la marca se expande a bien seguro que pronto abrirán más establecimientos.

- Los precios no son precisamente baratos, aunque aquí conviene hacer una puntualización: hay que saber separar entre los productos de uso habitual y los caprichos. Por ejemplo, los jabones sólidos cunden bastante y su precio no dista tanto del de un gel limpiador de gama media, así que para mí tienen un precio normal. Lo mismo ocurre con los bálsamos labiales y algunas cremas faciales (otra cosa es que estemos acostumbrados a los precios low cost y todo nos parezca caro, que lo entiendo). Por el contrario, las gelatinas de ducha, las bombas y demás exquisiteces, por mucho que cundan salen más caras y las veo como un capricho puntual.

Solo me queda añadir que, a pesar de que mi experiencia hasta el momento ha sido muy positiva, evidentemente no todos los productos de Lush serán buenos o, mejor dicho, no todos nos irán bien a todas. Por mucho que yo cuente maravillas de un jabón o un bálsamo, puede que otra lo pruebe y se lleve un chasco. Cada piel es un mundo; cuando digo que Lush me parece una marca de calidad, me baso en mi experiencia, pero como es obvio puede que sus productos no os vayan tan bien como a mí. Es un riesgo que siempre se corre al leer opiniones.

Conclusión

Me encanta Lush y poco a poco sus productos se han ganado un espacio bastante grande en mi neceser de cosméticos. Creo que esta firma hará las delicias de toda coqueta que se precie, resulta imposible resistirse a sus exquisitos aromas y tienen productos tan originales que llaman la atención de inmediato. No obstante, lo mejor de todo es comprobar que más allá de la apariencia hay artículos de calidad, con una composición cuidada y, en general, mucho más natural que la de los productos que podemos encontrar en el supermercado. Además, me encanta su filosofía de respetar el medio ambiente y envolver los jabones con papel para no generar más residuos. ¿Qué más puedo decir? Lo mejor es que paséis por una de sus tiendas y lo descubráis todo por vosotras mismas. ¡Seguro que repetiréis!