Lush La Madrina Jabón de Ducha y Manos

Por Rusta @RustaDevoradora
¿Qué es La Madrina?

Bajo este nombre de cuento de hadas se esconde nada menos que un jabón sólido formulado especialmente para lavarnos las manos, aunque se puede usar por todo el cuerpo sin problemas. Lo primero no tiene más historia: todos hemos utilizado una pastilla de jabón para lavarnos las manos en algún momento de nuestra vida. Lo segundo ya cambia un poco: por lo general, estamos habituados a ducharnos con geles líquidos y cambiarlos de repente por un jabón sólido puede resultar extraño u incómodo. Yo creo que, como todo, es cuestión de acostumbrarse: al principio se hace raro y piensas que no te irá igual de bien, pero después de tres o cuatro usos hasta parece más práctico que un gel al uso (entre otras cosas, porque con el jabón no nos preocupamos de si sale más líquido de la cuenta y demás).

Como ya he comentado alguna vez, a la hora de comprar un jabón de Lush la propia dependienta te corta una porción del que tienen allí y te lo envuelve con papel, una buena forma de utilizar materiales reciclables en lugar de fabricar tantos envases de plástico como la mayoría de marcas. Lo mínimo que se puede comprar son 100 gramos y el precio para esta cantidad es de 3,95€ (es uno de los más baratos de la tienda). A mí me dieron una muestra, así que mi trozo es bastante más pequeño. Sé que parece caro si se compara con el precio y la cantidad de un gel líquido, pero os aseguro que los jabones sólidos cunden muchísimo.

En algunas imágenes de la web el jabón aparece de un color rosa vivo muy bonito, pero la realidad es que mi porción es de un tono marrón-rojizo semitransparente que a simple vista no llama nada la atención. De todos modos, conviene recordar que al estar hecho de forma artesanal puede variar un poco en función de lo que tengan en cada tienda y la época que lo compres. Se aplica lo mismo para la forma y el tacto: mi trocito es un cubo casi perfecto con la superficie lista, pero si compráis una parte más grande es muy posible que os encontréis con un jabón de forma más irregular. Son particularidades de la filosofía de esta tienda que vas descubriendo poco a poco.

Aroma

Al parecer, el olor del jabón es el mismo que el de un gel especial de la colección limitada de Navidad (uno llamado Snow Fairy). Supongo que este tuvo una buena acogida y a raíz del éxito decidieron crear un jabón con su misma fragancia que estuviera a la venta durante todo el año, ¡y no me extraña! Tiene un aroma exquisito, como a golosinas, dulce sin resultar empalagoso. Ya sabéis que a mí me encantan las fragancias dulces y con este jabón es que sencillamente me dan ganas de metérmelo en la boca y chuparlo como si se tratara de una gominola. Probablemente, lo que más me gusta del aroma es que, pese a ser dulce, no resulta nada fuerte ni pesado, como ocurre a veces con otros. Nuevamente, Lush ofrece una fragancia lograda y original, que además transmite simpatía y buen rollo.

Resultados

Al principio se hace un poco raro pasar del gel líquido + esponja al jabón sólido directamente sobre la piel (también podéis frotarlo por la esponja y a continuación hacer como siempre, pero por ahora yo siempre me he decantado por usar directamente el jabón), tienes la sensación de que la piel no quedará igual de limpia porque el gel se extiende mejor y hace mucha espuma. Nada más lejos de la realidad: aunque el jabón no haga tanta espuma, sí que notas que va limpiando la piel y el resultado final no tiene nada que envidiar a una ducha con un gel al uso. Así pues, podemos decir que el primer punto (la limpieza) lo aprueba con nota.

Por otro lado, se suele decir que los jabones sólidos son más agresivos para la piel que un gel normal. Aquí tengo que hacer un inciso: ante todo, debemos tener claro que cada piel es un mundo y a cada una le irán bien unas cosas; yo puedo contaros maravillas de La Madrina pero tal vez vosotras lo probáis y os reseca la piel u os produce irritación (aunque es poco probable dada la cuidada formulación de los productos de Lush). Dicho esto, os digo que yo nunca he notado que un jabón sólido sea más agresivo que un gel, ni los corporales ni los faciales. Mi piel es seca y noto que el jabón no la agrede, más bien al contrario: la deja más suave (lo he comprobado al usarlo después de depilarme y sin aplicarme crema). Hay que tener en cuenta que este jabón en concreto se pensó para dejarlo en el fregadero y usarlo como jabón de manos para evitar usar el lavavajillas, de modo que probablemente es uno de los más suaves y respetuosos de toda la oferta.

Hablando de las manos, alguna vez he usado mi pequeña porción para lavármelas y en este aspecto también me ha dado buenos resultados: deja la piel bien, sin esa incómoda sensación tirante que producen algunos geles. De todos modos, me gusta más como jabón de ducha, tal vez porque me da la sensación de que vale la pena reservar un aroma tan especial para entonces y no únicamente para las manos (cada uno tendrá su opinión, por supuesto).

A propósito del aroma, tengo que daros una mala noticia: la fragancia apenas se nota en la piel. Se veía venir, entre que los olores de estos productos no suelen perdurar y que este es suave de por sí, el resultado no podía ser otro. Pero en fin, como digo siempre, para perfumarme utilizo una crema corporal o una colonia, no se le puede pedir esta función a un simple jabón. Al menos podemos disfrutar de su aroma exquisito mientras estamos en la ducha.

Creo que eso es todo. Espero que mi opinión haya servido para aclarar vuestras dudas y quitaros los posibles prejuicios hacia los jabones sólidos. Ni resecan la piel, ni son incómodos de usar. Si tengo que hacer una comparativa entre el gel líquido convencional y los jabones sólidos de Lush, reconozco que los primeros tienen a su favor el precio (normalmente) y la comodidad del envase; del aroma y la calidad ya no hablo porque dependen de cada marca. Los jabones, por su parte, nos ayudan a respetar más el medio ambiente porque no necesitan tantos plásticos para su conservación y además ocupan poco espacio (el volumen de un trozo de jabón). Con el formato todo es cuestión de acostumbrarse, y una vez te has adaptado al jabón no considero que sea menos práctico que los geles. Con los aromas, lo dicho: los de Lush son exquisitos, pero también hay geles líquidos de esta y otras marcas que están muy bien en este aspecto, así que podemos dejarlo en empate. Cada cosa tiene sus ventajas, lo ideal es probarlo uno mismo y decidir qué prefieres (o hacer como hago yo, que me van bien ambas cosas pero desde que descubrí Lush me gusta variar y alterno entre jabón y gel).