Una de las múltiples ventajas de tener unos padre maratonianos (amén del orgullo, las camisetas gratis y un interminable stock de yogures de sabores a punto de caducar) es la posibilidad de hacer turismo. Porque, reconozcámoslo, una carrera popular, la recogida de un dorsal o la oportuna "inspección del recorrido" son la excusa perfecta para hacer una mini-maleta de un par de días y dejar atrás la casa con sus odiosas trareas-domésticas-que sólo-se-hacen-en-fin-de-semana.
Obviamente, todo tiene un precio y, si haces esto, luego te pasas toda la semana poniendo coladas a media noche y limpiando el baño en tus ratos libres, claro que,cuando se te brinda la oportunidad de darte un paseo por Santander en uno de esos días que anuncian la llegada de primavera no se puede decir que no.
Así pues, como algunas habréis podido ver en Instagram (dios,cuánto tiempo esperando a poder decir ésto), el sábado pasado me acerqué a la capital cántabra para ver cómo se las gastaban por aquellos lares. Aunque la visita fue mucho más breve de lo que a mi me hubiera gustado, dio lo suficiente de sí para callejear un poquito por la parte antigua, tomar una cervecita en un café con solera y, como no podía ser de otra forma, visitar por primera vez una tienda de Lush.
Supongo que os imaginaréis que me fui a la tienda con los deberes bien hechos pues supe de mi viaje con una semana de antelación pero, si algo pasa en estos casos, es que basta que lleves una lista de compra para salir con otra totalmente distinta. Así, yo iba directa a traerme en mi cestita una Crema Americana, un cacho de Farmacia de Guardia y una pastilla de Oceánico y, en cambio, salí de allí con un Curly Wurly, un acondicionador Spa, una manteca corporal Sin Perdón y un champú sólido Godiva (y la cara de susto que se me quedó cuando la dependienta me dijo el precio total de la compra).
El motivo para esto no fue otro que la recomendación de una amable dependienta, que no quiso ni oír hablar de venderme una pastilla de Farmacia de Guardia porque temía que me fuera a dejar la cara más ajada que el mapa de Bonanza. No negaré que en lo tocante a este producto me quedé un poco con la espinita pero lo que sí es cierto es que agradezco que me orientara hacia los productos que mejor me podían ir a mi y, aunque aún no he tenido ni tiempo para catarlos, espero haber acertado con todos.
Además de los productos que compré, la mujer me dio, muy amablemente, dos generosas muestras para que probara en previsión a futuras compras. La primera de ellas fue la dichosa Crema Americana, bajo la advertencia de que se me iba a quedar un poco escasa en cuanto hidratación. Obviamente, tenía razón.
Lo cierto es que éste producto que quería probar contra viento y marea me ha gustado mucho porque tiene un olor sencillamente divino aunque, es cierto, que mi pelo puede tolerar niveles muy superiores de hidratación. No obstante, debo decir que tras haberlo usado generosamente la única vez que la muestra dio de sí el resultado en mi pelo no me pareció malo, ya que este quedó relativamente suave y brillante, además de más dócil a la hora de desenredar. Lo único que, como os digo, se trata de una opinión basada en un único uso y, por consiguiente, tampoco es que sea muy fiable.
El segundo producto que me dio la dependienta para probar, esta vez sí por propia recomendación, fue la limpiadora facial Angels on Bare Skin (el que se llamaba antes Piel de Ángel). Este producto, aunque también tenía ganas de probarlo, no estaba en mi wishlist por la ingente cantidad de productos faciales que tengo acumulada en casa. Sin embargo, la muestra ha sido bienvenida y usada en cuanto he tenido ocasión aunque, por mucho que la haya probado, no acabo de formarme una opinión nítida acerca del producto.
Por una parte, hay varios aspectos positivos muy relevantes. En primer lugar, hay que concederle que es un producto que huele fenomenal ya que tiene un agradable olor a lavanda que me recuerda muchísimo al Midnight Recovery de Kiehl's. Además de esto, es innegable que la limpiadora hace su función ya que el efecto exfoliante de sus componentes unido a la acción de los aceites que desprende y a su emulsión con el agua al actuar sobre el rostro hacen que la piel quede suave, brillante y sin rastro de suciedad.
Sin embargo, a mi modo de ver, este producto también tiene un reverso tenebroso ya que me parece un poco más incómodo de usar que mis productos habituales. Bien es cierto que yo no soy especialmente amante de la cosmética natural y que, de por sí, me da bastante reparo todo aquello con una pinta tan "orgánica" como esta limpiadora. Aparte de esto, el sistema de humedecer el producto en la palma de la mano hasta hacer una pasta para luego frotarla por la cara no se me ha dado nada bien.
En primer lugar, tengo unas manos muy pequeñas y en cuanto empiezo a formar la pasta en la palma ya se me ha caído la mitad del producto. En segundo lugar, para cuando lo aplico en la cara ya he perdido la mitad de la mitad que quedaba. Por último, los residuos exfoliantes del 25% que llega a mi piel, aunque suficientes para limpiar a fondo, son un tanto infernales de retirar.
Un último apunte negativo es que no encuentro ubicación correcta para este producto dentro de mi rutina facial ya que yo soy muy amante de la doble limpieza y de los jabones faciales. Si lo empleo antes del jabón facial entiendo que estoy desaprovechando todos los beneficios de los aceites que pueda liberar y si lo utilizo después, para qué narices he usado el jabón. En fin, al final le he encontrado un hueco en la repisa de la bañera y lo estoy usando a diario en la ducha, donde no tenía asignado ningún producto facial concreto y donde no hay problemas a la hora de retirar los restos de la limpiadora.
Creo que es un producto que tendré que probar más a fondo antes de pronunciarme en sentido positivo o negativo aunque, como habréis podido leer, muchas de las consideraciones negativas que le veo tienen más que ver con mi propia manera de concebir la rutina facial que con las propias cualidades del producto. No olvidemos que es uno de los más afamados de la marca y que por algo será.
Y hasta aquí la review de hoy, a medida que pruebe con más calma y detenimiento el resto de productos os iré ofreciendo mis opiniones. Un besito y hasta la próxima.