Lush None of your beeswax Bálsamo labial

Por Rusta @RustaDevoradora

¿Un bálsamo apto para veganos?

El bálsamo None of your beeswax no es un bálsamo cualquiera: su composición lo hace adecuado para veganos, es decir, personas que no prueban la carne ni ningún producto de origen animal como la miel o la leche. Todos los productos de Lush se pueden considerar vegetarianos porque no experimentan con animales ni, pero gran parte de sus bálsamos labiales contienen cera de

abeja y por ello no resultaban aptos para los vegetarianos estrictos (también conocidos como veganos). De ahí nació la idea de hacer un bálsamo vegano, precisamente su nombre hace referencia a la carencia de este ingrediente: “none of your beeswax” significa literalmente “nada de tu cera de abeja” (ya he comentado alguna vez que las designaciones de los cosméticos de Lush son bastante curiosas).

Reconozco que me llamó la atención por ser apto para veganos, aunque yo no lo soy (no podría vivir sin mis lácteos). Simplemente me hizo gracia la idea de usar un bálsamo con esta formulación y creo que puede haber más consumidores no-veganos que sientan lo mismo, por lo que no considero que su uso esté limitado a los que sí siguen esta dieta. Así pues, el bálsamo no contiene cera de abeja y entre sus ingredientes destacan el aceite virgen extra de coco —rico en ácido laúrico y con propiedades calmantes y suavizantes—, la manteca de murumuru (una especie de palmera) —rica en ácidos oleico y linoleico que restauran la barrera de la piel y tienen cualidades emolientes— y cera de carnaúba (una planta) —importante para dar consistencia al bálsamo en ausencia de la cera de abeja—. También contiene infusión de limón y absoluto de vainilla. Una composición muy cuidada, como siempre que hablamos de Lush.

Cómo es None of your beeswax
En apariencia, None of your beeswax es clavado al resto de bálsamos de Lush: se presenta en una pequeña lata metálica de lo más sencilla, contiene 10 gramos de producto y cuesta 7,95€. Como sabéis, Lush invierte en la calidad del cosmético y busca la presentación más básica posible, ya que los excesivos envases que se fabrican hoy en día generan mucha contaminación. Por otro lado, siempre me decís que 7,95€ para un bálsamo os parece caro, pero estos labiales cunden tanto y me dan tan buenos resultados que a mí el gasto me compensa, claro que yo soy una entusiasta de los protectores y reparadores labiales.

El bálsamo es de color amarillo claro. Su textura (una vez superada la primera capa, que siempre es un poco más dura) me parece tan cremosa y agradable como la de los otros bálsamos de Lush, así que en este aspecto no se echa de menos la cera de abeja. Hay un detalle que llama la atención: contiene pequeñas bolitas, aunque no llegan a “rascar” como las de un exfoliante (supongo que estas sí se deben a la ausencia del mencionado ingrediente). Su fragancia, al contrario de lo que podría parecer, no es de tipo vegetal: yo definiría el aroma como cítrico, alimonado, así que puede gustaros si os gustan este tipo de olores. Los de Lush dicen que sabe a limón, mandarina y vainilla, pero ya digo que lo que más aprecio es el limón (con un puntillo raro, eso sí, aunque por mí misma no sabría precisar a qué me huele). En fin, no tiene un aroma tan exquisito como los bálsamos Honey Trap y Chocolate Whipstick (que huelen a chocolate blanco y chocolate con naranja, respectivamente), pero tampoco está nada mal, ¿verdad?

Mi experiencia con él
Como ya he comentado alguna vez, mis labios tienen tendencia a secarse con facilidad y por ello desde pequeña tengo la costumbre de llevar encima un cacao o una vaselina y tener otros tantos repartidos por casa, siempre con la intención de mantenerlos perfectamente hidratados en todo momento. Esto da como resultado que he probado una gran cantidad de bálsamos, en todas sus texturas, por lo que considero que tengo una amplia visión a la hora de valorar un producto de este tipo.

Con None of your beeswax solo puedo deshacerme en alabanzas: hidrata los labios en profundidad y los deja muy suaves, incluso cuando me salen las típicas pielecitas. No tiene nada que envidiar a bálsamos y cacaos de farmacia como ChapSan y Neutrógena, que en mi opinión son dos de los mejores. Si alguien se pensaba que por pertenecer a una cadena de perfumerías sería flojo, va errado: el bálsamo no se limita a proteger (como hacen tantos otros), sino que repara y cuida los labios al máximo. Una maravilla, vaya.

Por otro lado, hay algo que he observado en todos los bálsamos de Lush —incluido este— que no deja de sorprenderme para bien: el bálsamo actúa con mucha rapidez y con una sola aplicación es capaz de suavizar unos labios muy secos. Reconozco que a veces no me lo aplico antes de acostarme por pura pereza, y claro, al levantarme los tengo totalmente secos. En ese momento, con una sola pasada de None of your beeswax es suficiente para observar mejoras, aunque habrá que esperar un ratito para que haga efecto. Otro aspecto que destacar es el hecho de que con muy poquita cantidad tenemos más que suficiente para cada aplicación, así que puedo decir con total tranquilidad que esa lata tan pequeña cunde muchísimo.

Con respecto a la sensación que deja sobre los labios, a mí me resulta muy agradable (tanto, que desde que conozco los bálsamos de Lush no uso otra cosa), aunque habrá quien prefiera los cacaos en barra por ser más ligeros. Todo es cuestión de gustos; yo también tuve mi época de barras, así que comprendo perfectamente ese punto de vista. De todos modos, para tengáis una idea mejor de la textura de este bálsamo, puedo deciros que a pesar de presentarse en una lata el bálsamo no es tan “pastoso” como las vaselinas Gal, de modo que no se hace molesto. Tarda un rato en absorberse, pero puedo aseguraros que vale la pena usarlo a pesar de todo. Por cierto, no deja ningún color en los labios, por lo que lo pueden usar hombres y mujeres.

Por último, quiero compararlo con los dos otros bálsamos de Lush que he probado (ya sabéis que me encanta hacer comparaciones): el Honey Trap, de chocolate blanco, y el Chocolate Whipstick, de chocolate con matices de naranja. En las opiniones de ambos me mostré muy entusiasta con sus aromas exquisitos, entusiasmo que no he sentido con None of your beeswax porque, por mucho que su olor cítrico me guste, una es golosa de por sí y tiene debilidad por lo dulzón. Eso sí, salvo este punto, los bálsamos son igual de buenos y dignos de la máxima puntuación. Si alguien pensaba que por ser vegano iba a ser más flojo, se equivoca: None of your beeswax no tiene nada que envidiar a sus “hermanitos” vegetarianos.