Tras el anuncio en 2014 de que el Universo Expandido de Star Wars dejaba de ser canon, los engranajes de sus nuevas etapas no han parado de moverse. Uno de los proyectos entre bambalinas fue el conocido como Project Luminous, una iniciativa editorial interconectada con cinco escritores al mando: Charles Soule, Claudia Gray, Daniel Jose Older, Justina Ireland y Cavan Scott. A principios de 2021, llegaba a las librerías Luz de los Jedi, el inicio canónico de esta nueva era en Star Wars (ordenada en olas y etapas) que nos llevaría 300 años atrás en la línea cronológica conocida de la saga, hasta la Alta Republica, un supuesto periodo de paz y esplendor para la Republica Galáctica y la Orden Jedi.
Sin embargo, Luz de los Jedi comienza con una impactante catástrofe: una lluvia de metralla emerge del hiperespacio desatando una amenaza para todo el Borde Exterior. Los Jedi acuden a toda velocidad para responder a la petición de auxilio, poniendo todas sus fuerzas al límite para poder salvar el mayor número de personas. En cambio, algo más amenaza a esta Republica de paz y exploración hiperespacial, que expanden los limites de la Republica hasta las estrellas más remotas: los Nihil.
La Baliza Starlight, una de las Grandes Obras de la Canciller Lina Soh y uno de los primeros pasos de la Republica para su expansión, no gustan a todos en el Borde Exterior. Un grupo violento, despiadado, organizado y tremendamente jerarquizado asola el submundo criminal. Una especie de piratas espaciales con estética de Mad Max bajo un curioso líder llamado Marchion Ro, cuyos conocimientos y habilidades son los que han conseguido que los Nihil sean temidos por todo el Borde Exterior. Luz de los Jedi se desata como una especie de trama policiaca, dejando de lado su potente lucha contra un desastre natural que ocupa el primer tercio de la novela.
Ante todas las posibilidades de encontrarnos con algo nuevo y estimulante, la novela de Soule, perteneciente a la primera ola de esta nueva etapa, se sitúa más como una introducción para abrir toda una saga que como una historia en si misma. Presenta tantos personajes, nombres y situaciones que para el lector es difícil congraciarse con casi nadie. Tras ese potente comienzo, repleto de adrenalina con 150 páginas que son puro cataclismo planetario de primera calidad, es difícil mantener el tono y el ritmo, así como el interés por todo lo que ocurre en cada una de las tramas.
La novela se estructura en tres grandes partes, siendo la primera la mejor con diferencia. Mientras que la segunda supone un valle para el lector y donde Soule trata de abarcar demasiado, la tercera vuelve a resurgir de sus cenizas para llegar a la clásica situación resolutiva de Star Wars. Sin embargo, en toda Luz de los Jedi permea de forma constante una idea: todos somos la República. Entre todos los hilos dispersos de personajes y trama, este mensaje no para de repetirse una y otra vez. Quizá a veces demasiado, siendo un tanto redundante en su trama y descripciones, pero que supone un cambio a lo que conocemos del universo Star Wars.
Con todos sus defectos, Luz de los Jedi se lee de forma muy amena. También, se le pueden sacar muchos aspectos curiosos sobre una gran cantidad de ideas, reflexiones y perspectivas de la Fuerza. Podemos rescatar a personajes repletos de potencial, y que ya sabemos que vamos a ver en más novelas y cómics de The High Republic: Marchion Ro, el líder Nihil, Avar Kriss y su particular habilidad o Elzar Mann y sus extraños usos de la fuerza. Al final, Luz de los Jedi es una especie de tráiler para toda esta época dorada, que parte de una buena premisa, pero que falla al intentar mostrar demasiadas historias, personajes y explicaciones innecesarias de forma simultánea. Sin embargo, y aunque se pueda leer de forma independiente, preveo va a cobrar más importancia cuando el argumento general de la etapa tome más forma.
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