Luz que agoniza (Gaslight, 1944)

Publicado el 26 junio 2011 por Truca

George Cukor dijo una vez que siempre se olvidaba que Luz que agoniza era una pieza teatral adaptada al cine. Argumentaba que el guión era muy hábil, un melodrama puro y simple, dentro de la mejor tradición cinematográfica.
La historia se desarrolla en el Londres victoriano. A George Cukor le hubiese encantado filmar parte del metraje en Londres, sin embargo era inviable trasladarse a Inglaterra en plena II Guerra Mundial, por lo que fue rodada íntegramente en estudio. Es por ello por lo que abundaba la niebla artificial, lo único que no gustó al director. Pero la espesa niebla que se ve en las calles de la capital británica no tiene ni punto de comparación con la niebla que encontramos en la mente del protagonista, Gregory Anton (Charles Boyer), uno de esos tipos encantadores, lobo con piel de cordero, que al llegar a casa cuelgan en el perchero su disfraz y sacan a pasear al monstruo que llevan dentro. Paula (Ingrid Bergman) está tan enamorada de él que prefiere torturarse a desengañarse. Aunque por suerte para ella se cruzarán en su camino Miss Bessie Thawaites (Dame May Whitty) y un comisario de Scottland Yard, Brian Cameron (Joseph Cotten).
Cuando de madrugada, en ese siniestro caserón, las luces empiezan a apagarse y el tintineo de la llama de las lámparas de gas empieza a disminuir, el presagio es de que nada bueno va a ocurrir. Si a ello le sumamos los ruidos en el piso de arriba, los escalofríos de la protagonista son entendibles. Pero nosotros jugabos con ventaja, sabemos más que ella, sabemos lo que ella se resiste a saber: sin embargo ella es tan ingenua y él tan malvado que le hará dudar de sí misma hasta conseguir que roce la locura.

Cuando las llamas de las lámparas de gas comienzan a tintinear, es señal de que la bestia se ha despertado...

Luz que agoniza fue el primer trabajo de Cukor para la MGM tras licenciarse en el ejército. Este director de actrices ya se quedó con las ganas de trabajar con Ingrid Bergman en Un rostro de mujer, que finalmente fue a parar a Joan Crawford.
"Entre toma y toma yo solía ir a charlar con los actores para darles pequeños consejos, quizá un poco de ánimo para ayudarles a mantener la concentración. A la señorita Bergman le comenté un chisme un poco a la ligera y ella me lanzó una mirada... ¡Qué mirada! Acto seguida y con cierta frialdad me dijo: 'Ya me lo habías contado' '¿Ah, sí?' -dije yo, y luego pensé: 'Tendrás que tener más cuidado con esta joven sueca'. Pero luego lo reconsideré y pensé que nada de eso, que sería ella la que tendría que tener cuidado conmigo y acostumbrarse a mi modo de trabajar. Y así lo hizo. Y nos hicimos grandes amigos" George Cukor.
Ingrid Bergman ya había demostrado de sobra lo que era capaz de hacer delante de las cámaras, como en Casablanca o ¿Por quién doblan las campanas?, pero en la débil piel de Paula Alquist es donde realmente demostró lo que era. Y los críticos no tuvieron más remedio que reconocérselo: "La señorita Bergman está soberbia en su delirante papel. Su elegante y emotiva actuación no puede sino encandilar al espectador", Frank Leyendecker, de Film Bulletin; "Ingrid Bergman es una de las mejores intérpretes del panorama cinematográfico, y ofrece la mejor actuación de su carrera hasta la fecha... Bajo el hipnótico embruo de Boyer, se enardece llena de pasión o se queda postrada lánguideciente", Jim O'Connor, New York Journal-American.
A George Cukor tampoco le falló la intuición con Angela Lansbury, que encarna a Nancy, la criada. Se la recomendó John Van Druten, director de esta obra en el teatro, y en esos instantes ella se encontraba trabajando en unos grandes almacenes en plena campaña navideña. Es un personaje muy importante, pues contrasta con la inocente y angelical Paula. Según Cukor "tenía una boca de lo más huraña, y el rasgo de quien está esperando sexo", pero cuando le hizo la prueba de cámara quedó atónito, estaba perfecta.


Con quien también estaba encantado era con Charles Boyer, en su opinión, un actor fabuloso. Ingrid Bergman lo calificó como uno de los hombres más brillantes con los llegó a trabajar. Esta fue la primera de las tres películas en las que trabajaron juntos: la segunda sería Arco de triunfo y la última Nina. Sin embargo esta es la que ella definió como la experiencia de su vida.

Arriba, Ingrid Bergman junto a Charles Boyer. Abajo con Joseph Cotten.

Para finalizar, un par de curiosidades:
- Una primera versión cinematográfica de Gaslight se rodó en el año 39 en Gran Bretaña dirigida por Thorold Dickinson, película que la MGM trató de esconder por todos los medios para que su película no fuese presentada por los críticos como un remake. De echo, en Inglaterra este film se llamó Murder in the Thorton Square.
- Patrick Hamilton, autor de la obra de teatro en la que se basó la película que hoy nos ha ocupado, también fue el autor de La soga, que más tarde Hitchcock llevó al cine.

George Cukor e Ingrid Bergman conversando de forma distendida durante un descanso del rodaje de Luz que agoniza.
Hasta la próxima entrada corazones.
*Información extraída de los textos sobre la película de Julio José Ordavás.