LXVI Carrera Urbana Feria de Nerja

Por Juan Andrés Camacho Fernández @CorredorErrante

La carrera de la feria de Nerja siempre ha sido especial para mí porque la había corrido en tres ocasiones previamente, justo el día después de la boda de un primo segundo, con compañeros del club y tras la pandemia.

En esta cuarta visita a la cuna del atletismo malagueño tendría lugar la primera pernocta de Leo, por lo que sumábamos una nueva experiencia.

Sabía de años anteriores que el circuito tenía truco por dos largas pendientes y aunque el recorrido no era el mismo que en la última edición que la corrí, al verlo sobre el plano estaba seguro de que conocía cada quiebro.

La jornada previa a la carrera la pasamos disfrutando de la ciudad. con su balcón de Europa, su procesión de San Miguel y sus estrechas aceras, que hacían que maniobrar con el carrito se complicase por momentos.

Por la mañana ya me encontré numerosas caras conocidas en la recogida de dorsales, como a Pablo Comino, a compañeros del Club Atletismo Fuengirola como Sacra y José y a compañeros del Circuito como David o Miguel Ángel, del Gedysa.

Tras recoger los dorsales y bolsas del corredor y mientras Mayte y la pareja con la que compartíamos viaje desayunaban me acerqué al baño del hostal y mientras calentaba de camino a la salida me encontré con Carmona, Riccardo Trovato, Agustín Molina, Antonio Conejo y Dani Moreno entre muchos otros.

La prueba era de primer nivel y contábamos con atletas de la talla de Toni Abadía, Mohammed Lansi o Chema Martínez; durante la presentación se me ponía la piel de gallina, estaba disfrutando como un niño chico.

Me coloqué en buena posición en la salida, que compartíamos con los 5 kilómetros y pese a que tras el pistoletazo de salida salimos todos al mogollón y nos íbamos tropezando unos con otros tratando de abrirnos paso hacia la cabeza de carrera, recorrí el primer kilómetro en 3:12, aprovechando la bajada por la Avenida Castilla Pérez.

Pasé a Agustín Molina, a Riccardo y a Dani Moreno y vi a lo lejos a Antonio Conejo, a quien traté de alcanzar apretando el ritmo por la cuesta de calle Antonio Ferrandis Chanquete.

Pasé a varios corredores jóvenes del Nerja, pero no solo no conseguí coger a Antonio, sino que me adelantó también Dani Moreno y decidí baja run punto el ritmo.

Segundo kilómetro a 3:20, ahora con más pendiente en contra que a favor, aunque tuvimos de nuevo ayuda del perfil en la bajada hacia la playa El Playazo tras rodear el Parque Verano Azul.

Nos dividimos los corredores de las pruebas de 5 y 10 kilómetros, cogiendo ellos el desvío hacia la derecha y siguiendo nosotros recto para afrontar el tramo sobre arena compacta.

Mientras mi grupo de referencia se iba alejando, yo escuchaba pasos cada vez más cercanos y por la altura de la silueta que me perseguía, intuía que Riccardo me estaba alcanzando, como así fue.

Tercer kilómetro en 3:18, pero ya empezaba la marcha, así que bajé un punto el ritmo para llegar con fuerzas al ascenso por la antigua nacional.

Me alcanzaron varios corredores y aunque por momentos empezaban a adelantarme, poco antes de llegar al punto donde de nuevo confluíamos con los corredores de los 5 kilómetros me empecé a notar fuerte de nuevo y subí un puntito el ritmo.

De 3:31 que marqué en el cuarto kilómetro al llegar al asfalto pasé a 3:44 antes de la entrada a Nerja y ya decidí dejar de mirar el GPS porque quedaba todavía el duro ascenso por la Avenida Ciudad de Pescia.

Aun así ascendía con ganas, rebasando con facilidad a los corredores de los 5 kilómetros y cazando poco a poco a los corredores de los 10 kilómetros.

Me animó mucho ver a Adrián, que se había hecho daño en Tolox animando en la mediana.

El tramo hasta la rotonda del estadio de atletismo lo conocía bien, pero me sorprendió el rodeo al Mercadona, que no conocía.

Al fin afrontábamos la bajada hacia el balcón de Europa y aunque parecía que le recortaba distancia a Riccardo, por momentos al alcance de la vista, me alcanzaron dos corredores con los que había ido adelantándome desde que dejamos atrás el Playazo, José Manuel, del Ohmio y Alejandro Estévez, del Fent Camí.

Bajaba con ganas y fuerzas, a 3:21 según me revelaba una fugaz mirada al Garmin, pero no conseguía alcanzar a mis objetivos.

En la bajada por la Calle Méndez Núñez, donde teníamos el hostal, escuché los pitidos de la moto de policía y supuse que llegaba la primera corredora femenina, así que bajé espoleado por la sirena, entré en la plaza Cavana.

Tras los giros de 90 y 180º crucé la meta, recorriendo el último parcial en 3:10 y completando la prueba con un 34:33 que para el desnivel que había y el momento de temporada en que nos encontramos me parecieron excelentes, ya que mi idea era bajar de 35 minutos.

No pude sumar muchos puntos para la clasificación del Circuito Provincial, ya que quedé en novena posición senior, muestra del gran nivel de la prueba, que con creces superaba al de Campillos, la anterior carrera con más nivel del circuito.

El denominador común de ambas eran los premios en metálico, que suele atraer a la élite y aunque para mi como corredor popular sea algo que no me afecte, ya que no los disputo, he de reconocer que en esta prueba fue un orgullo correr con los atletas con los que lo hicimos, aunque los perdiese de vista tras la salida.

Finalmente pasamos hasta otra noche en Nerja y disfrutamos del resto del día en la playa de Burriana, desde luego ha sido un fin de semana para recordar.