El registro significa, además, que Lyft tendrá que enviar un informe anual a la DMV indicando todo sobre sus operaciones y entre otros detalles el número de veces que un conductor humano tuvo que tomar las riendas dentro de un vehículo autónomo.
Lyft ya había dado a conocer en julio que abriría su propio centro de desarrollo de tecnología de conducción autónoma. Su centro de trabajo lleva por nombre Level 5 Engineering Center y aunque puede probar allí sus vehículos, ahora también podrá hacerlo en las calles, enfrentándose al riesgo de cada día.
La empresa se ha beneficiado este año de muchas de las desgracias de Uber. Primero por el boicot sufrido por formar parte de un equipo de empresarios que ayudaban a Donald Trump —y el cual tuvo que abandonar en su momento el ex presidente de la empresa, Travis Kalanick— y luego por los escándalos de machismo que llevaron a dicho ejecutivo a abandonar su puesto.
Lyft concluirá el año con un crecimiento de 61 por ciento, algo que ha llevado a la empresa a dar pasos importantes como su internacionalización, al llegar finalmente a Canadá. Todavía tiene un largo camino por recorrer, aunque al menos ahora tiene un permiso que Uber perdió en California, debido a una polémica por los permisos que la empresa debía obtener antes de poner a sus coches a circular en las calles de ciudades como San Francisco.