Mäbu ya habían avisado de lo que eran capaces con Hallo, un pequeño EP publicado hace unos meses con el que pretendía ir allanando el camino del siempre complicado primer disco, momento clave en la carrera de cualquier banda. Hallo cumplió su cometido; sació la sed de los que esperábamos escuchar sus canciones grabadas en estudio y consiguió enganchar a mucha gente que no los conocía. Para cuando Buenos Días salió a la venta, Mäbu había despertado la curiosidad de un nuevo público que, sumado a los fieles que se había ido ganando en los últimos años, convirtieron este álbum en una de las sorpresas más agradables de la temporada.
¿Qué vamos a encontrar en Buenos Días?. Ante todo, una VOZ. Dulce, enérgica, colorida, suave... Cualquier adjetivo vale, porque no hay lugar al que no lleguen sus cuerdas vocales, que ella maneja a su antojo. La voz de María es el eje sobre el que gira el disco, una colección de canciones que nacieron vestidas por una sola guitarra acústica y que ahora florecen, como la primavera, llenas de colores y olores nuevos. Y es que María ha encontrado en su banda el soporte perfecto para sus canciones, unos músicos que han crecido junto a ella y han encontrado el envoltorio adecuado para cada una de ellas, dándole un sonido mucho más cercano al pop que a la canción de autor, sembrando cada tema de ricos y acertados matices.
Canciones de sobra conocidas por sus seguidores como Hazme el amor, Quiéreme, o Estoy bien como estoy siguen latiendo como el primer día, pero lucen más guapas que nunca con sus nuevos y recién estrenados vestidos. Mención aparte merecen A Solas y Buenos Días, sin duda alguna las dos joyas del disco y las que mejor muestran las virtudes de esta mujercita a la que estábamos esperando desde hace tiempo.
Buenos Días es un disco agradable, con un punto inocente y rebosante de magia. Apto y recomendable para todos los públicos. ¿A qué esperáis?.