El senador Joseph McCarthy declara ante una Subcomisión del Senado sobre las elecciones y en un esfuerzo
por vincular a su compañero el senador William Benton al comunismo.
Terminada la Segunda Guerra Mundial y enfrentados Estados Unidos a una Unión Soviética que expandía su áreas de influencia desde Asia a Oriente Medio y el centro de Europa, el Comité de Actividades Antiestadounidenses de la Cámara de Representantes (HUAC por su sigla en inglés) arremetió primero contra Hollywood.
Hay que recordar que entonce el Partido Comunista (PC-USA) era legal, pero una ley abrió puerta para procesar a quienes propugnaran un cambio en la forma de gobierno del país. En 1947 el HUAC entrevistó a 41 personas en interrogatorios de los que surgió una lista de 19 autores y productores que fueron citados.
Si las personas se negaban a compadecer ante el HUAC sus nombres se agregaban a una lista negra y ya no podían trabajar en la industria cinematográfica. En esa lista, que llegó a tener más de 320 nombres, estuvieron incluidos Leonardo Berstein, Charles Chaplin, Aarón Copland, Arthur Miller, Pete Seeger, Orson Welles y Paul Robeson.
Mientras la "amenaza comunista" consolidaba su control en media Europa, avanzaba en Corea, Indochina, Filipinas y Guatemala o se infiltraba en los movimientos independentistas de África, la sensación de inseguridad de los estadounidenses llegó al borde la paranoia: la Unión Soviética también había adquirido armas atómicas.
Los métodos de Mc Carthy fueron los de todos los inquisidores: aislamiento de los "sospechosos", amenazas, la extorsión de prometerles misericordia si delataban a otras personas, y un manejo eficaz de la prensa: el senador acusaba, esparcía sospechas, señalaba y seguía adelante desenmascarando una terrible conspiración comunista. A los acusados nadie los escuchaba".
Jorge Bañales, semanario Brecha, 22 de mayo de 2003, Montevideo, Uruguay.
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