Hablo mucho de Macedonia como si fuera un paraíso y la gente se piensa que exagero. Primero, porque muchos no lo conocen. Claro, hay que reconocer que famoso no es. Segundo porque los que han oído hablar de Macedonia, se imaginan algún lugar roto de la antigua Yugoslavia, que probablemente tenga aún las huellas de la guerra. Algo que no es cierto, porque en Macedonia, muy afortunadamente, la independencia de sus vecinos fue pacífica (la OTAN, tras ver lo que empezó a pasar por Bosnia, reaccionó, finalmente).
Tomando algo en Struga, junto al lado Ohrid
Pero yo, que como me dicen mucho (es una expresión que me encanta), ‘estoy viajá‘,es decir, que ya he visto muchos lugares en el mundo, podéis confiar cuando os aseguro que Macedonia es un paraíso.
Entiendo que cuando se habla de paraíso, muchos pensamos en Bora Bora, en las playas tailandesas y algunos que hasta (extrañamente diría yo, pero es así) en los resorts estos de playas privadas de Punta Cana. Pero Macedonia tiene muchas características que lo hacen que probablemente sea mejor que estos sitios.
Así, a parte de ser un pequeño país con ciudades preciosas (adjetivo que, desde luego, no califica a Skopje, la capital), con paisajes maravillosos, con una gran y diversa cantidad de rutas de montaña, con una gastronomía variada, mediterránea y excelente, mucha cultura propia, música propia y mucho carácter y personalidad, caracterizada por esas largas sobremesas llenas de cantos tradicionales (algo muy de España también), además de todo esto, un estudio que acaban de presentar, dice que Macedonia es el primer país de un ráking que tiene en cuenta la amabilidad de la gente, lo barato que es y la seguridad del lugar.
Y así es. No me extraña que Macedonia ocupe esa posición. La gente es más que amable y muy alegre. Cuando en Macedonia, haces la típica pregunta cortés de ‘qué tal’ cuando te encuentras a un amigo o conocido por la calle, la respuesta nunca es ‘dobro’ (bien), sino que suelen responderte: super, extra o fenomenal (palabras macedonias, para que tengáis vocabulario imprescindible de ese idioma tan desconocido).
Barato, también. En Macedonia y yo os hablo de mi pueblo, Struga, que es turístico y que tiene unos paisajes impresionantes, te puedes comer un buen plato, bien elaborado y con deliciosos ingredientes y tomarte algo por unos 2 o 3 euros, sentada en una bonita terraza al lado del río que desemboca al mar y con muy buen servicio, porque en Macedonia, el servicio en bares y restaurantes es muy bueno.
Y seguro, muchísimo también. No sólo en cuanto a que si te va a pasar algo malo o no. Hay muy pero que muy pocas posibilidades de que te atraquen. De hecho, mucha gente deja las puertas de las casas abiertas y los portales ni siquiera se pueden cerrar en gran parte de los viejos edificios de la era comunista. Además, está la seguridad de que cuando preguntas un precio, la respuesta es la cierta. A veces creemos que cuando vamos a países más pobres que el nuestro, te van a intentar estafar. Ya me ha pasado veces de estar con extranjeros en Macedonia que desconfían de lo que les responden. Yo os aseguro que esto no es así (puede pasarte en un taxi en Skopje, lo único) y que un macedonio antes te regala lo que quieres comprar que te estafa con precios inventados.
Estudio publicado en http://www.kimeshan.com/2013/07/11/cheap-safe-and-friendly-countries/