Maceración, decocción, extracto...

Por Ion Colino García

Entre tanto nombre, saber que es cada cual, para que sirve, como se prepara y utiliza, cuando se usa... resulta un poco confuso, y el horticultor ecológico no siempre lo tiene claro.
Uno de los sistemas eficaces de interiorizarlos a futuro es basar nuestro modo de trabajo en ellos y de esta forma conseguiremos una rutina difícil de olvidar. Muchos dudan de su efectividad; os puedo asegurar que funcionan implacablemente, a corto, medio y largo plazo y además sus beneficios son tan positivos que harán que en vuestro ecosistema huerto se cree un ambiente tan sano  que todas vuestras hortalizas crecerán sin contratiempos, se mantendrán mejor en el almacenaje, tendrán mejor gusto, serán fuertes a plagas y enfermedades..., en fin, os sorprenderán sus incontables beneficios.
Sin más, veamos las particularidades de cada concepto:
MACERACIÓN
Este término se aplica  cuando las hierbas, frescas o secas (según receta de turno) no deben fermentar. Estarán macerando entre 12 y 24 horas máximo, y después se colaran y el líquido resultante estará listo para aplicar. Las maceraciones se utilizan con plantas de acción repulsiva de bichillos "perjudiciales", que parasitan nuestras verduras y  plantas del jardín También es utilizada como método de acción insecticida.
DECOCCIÓN
Se basa en poner a remojar las hierbas, frescas o secas (según receta de turno) durante 24 horas; se cuecen durante 20 minutos a fuego lento y se dejan enfriar. Colar y aplicar. Se utilizan fundamentalmente con carácter fungicida( hongos),repulsivo e insecticida.
EXTRACTO FERMENTADO
El extracto de fermentación controlada, el mal llamado purín es muy versátil, beneficioso y efectivo; es  utilizado como fungicida, repulsivo e insecticida, pero su poder más valorado es su acción estimulante de los vegetales. Favorece que las plantas crezcan con armonía, estimula la vida microbiana y las capacidades de autodefensa de las plantas ante ataques de parásitos. Para prepararlos se colocan las partes verdes de la planta en un recipiente lleno de agua de lluvia (1 kgr : 10 litros de agua). El recipiente se tapa para que no entre el aire. Debe removerse a diario y debemos trasegarlo cuando comiencen a emerger burbujas a la superficie. No debe oler mal, de lo contrario comenzará a pudrirse. Una vez trasegado y como norma general ha de diluirse como mínimo en proporciones de 1:10 ( 1 parte de extracto en 10 de agua), nunca menos, pues podríamos quemar la planta.
INFUSIÓN
Se utiliza como insecticida, repulsiva y fungicida fundamentalmente. Su preparación es sencilla; basta con poner las hierbas, frescas o a secas (según receta de turno) a remojo en agua muy caliente y dejarlas reposar unas 24 horas, colar y aplicar.
BAÑO DE SEMILLAS
Nuestros antepasados lo utilizaban para prevenir los ataques de hongos y parásitos, así como para estimular la germinación. Si se hace correctamente los resultados son sorprendentes.
Se colocan unas gotas de extracto de hierbas ( depende de que semillas tratemos) en 1 litro de agua y se mezclan. Pasadas 24 horas se introducen las semillas en la dilución  unos 15 minutos.
Las secamos y sembramos. Para guisante, judías, rábanos y rabanitos se emplea  la infusión de manzanilla; el extracto de flores de valeriana para apio, tomate, cebolla, puerros y patatas.
En fin amig@s, todo un mundo a descubrir, solo nos queda integrarlos en nuestra rutina hortícola. Merece la pena.
Hasta otra.
Ion