Robert Rodriguez intenta, con esta secuela, ir convirtiendo a Danny Trejo en una suerte de héroe del cine Clase B. Otra película para incluir en el listado que forma parte de esa especie de mito que reza que las segundas partes nunca fueron buenas. Lo que aparentaba ser igual de descabellado que disfrutable, endulzando al espectador con un vigoroso y divertido tráiler al inicio de la proyección, va dejando vestigios de creatividad en el camino hasta desmigajarse por completo.A pesar de contar con un reparto caracterizado por una buena cantidad de cameos, en donde participan carismáticamente artistas como Lady Gaga, Antonio Banderas y, con un poco más de minutos en cámara, Mel Gibson y Charlie Sheen, al bizarro film no le alcanza para redondear, en su conjunto, una performance similar a la primera entrega de Machete, en la que la frescura y la sátira se ubican peldaños arriba de esta última edición.
Innegable es la capacidad de
Robert Rodriguez para la puesta fotográfica y sus acertadas pinceladas artísticas. Nos tiene acostumbrados a brindar una imagen impecable. Pero el problema principal se da cuando lo aceptablemente disparatado pierde fuerza en parangón con el entretenimiento y el libre albedrío de ideas, en este caso con dificultades en la inventiva.Lo más destacable de la cinta radica en un inicio dinámico, que mantiene la chispa hasta promediar la primera hora de rodaje. A partir de allí, un destello de sucesos no concebidos con mucha lógica (por supuesto siempre dentro de lo ilógico, valga la redundancia, y valeroso de este tipo de propuestas) ponen en leve riesgo el seguimiento enfático de la historia, restándole vibra y ánimo.Rudimentaria, violentamente repetitiva y entretenida de a ratos, Machete kills queda lejos de ocasionar una concepción parecida a la de aquel carnaval de sabrosas y aparatosas insensateces que supo cosechar su predecesora.LO MEJOR:el tráiler inicial, la dirección fotográfica. Los cameos le juegan a favor.LO PEOR:la dificultad para construir ideas frescas. Muy menor, en sarcasmo, violencia y adrenalina a la primera. No hay un equilibrio apreciable entre lo bizarro y lo complaciente.PUNTAJE:4,7