La costilla de Macri tuvo preocupados a los funcionarios que habían preparado todo para que la cumbre de Davos fuera el regreso de la Argentina a los convites neoliberales y a las excelentes relaciones con los organismos multilaterales de crédito, como el FMI, y con las grandes potencias como el Reino Unido y Estados Unidos. Los dos presidentes anteriores, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, habían declinado la invitación a asistir a ese encuentro. Una oportuna alta médica le permitió a Macri viajar sin problemas a Davos. Lo acompañó a Suiza el médico especialista en tórax Hugo Esteva.
Sin embargo, ayer el Gobierno comunicó que, por consejo del médico, el presidente no viajará a Quito, Ecuador, a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), un ámbito mucho menos amigable para el neoliberalismo. Uno de los motivos que se dio es que la ciudad de Quito se encuentra a más de dos mil metros de altura.
Según se informó, el director de la Unidad Médica Presidencial, Marcelo Ballesteros, recomendó a Macri no viajar. El comunicado precisó que el médico le envió una carta al secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, en la que indicó que debería quedarse en Buenos Aires “debido al esfuerzo físico” que le insumió el foro de Davos, “junto al hecho de estar convaleciente de la patología traumática torácica que sufriera el 8 del corriente y que le impide realizar esfuerzos respiratorios, se desaconseja momentáneamente efectuar viajes a sitios que se encuentren a una altura de 2400 metros o superior sobre el nivel del mar”. Quito está a más de 2700 metros, recuerda el comunicado de Presidencia. Davos, a 1560 metros. “Debido a lo mencionado se desaconseja por el momento realizar el viaje que estaba programado a la ciudad de Quito”, sostuvo Ballesteros.
Macri debe actualmente usar una faja tras la caída que sufrió mientras jugaba con su hija y en la que se golpeó con una mesa. En su lugar, viajará la vicepresidenta, quien ayer se encontraba en Chile. Hoy Michetti tendrá un encuentro con la presidenta chilena Michelle Bachelet. De esta forma, el Presidente se ausentará de una cumbre de la Celac, creada en 2010 como sucesora de las cumbres del Grupo de Río y del Grupo de Contadora con la intención de dar una mirada regional lejana a los postulados de los países centrales, en especial, de Estados Unidos. Macri logró evitar estar presente en el encuentro del miércoles de esta semana, sin tener que ofrecer un motivo político.
Quien sí asistirá a la cumbre es el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien ayer criticó a Macri por sus diversos cuestionamientos a Venezuela (entre otras cosas, el presidente argentino dijo que Venezuela “se ha distanciado del respeto a los derechos humanos” y afirmó que el dirigente opositor detenido Leopoldo López “no hizo nada malo”). “O nos respetamos todos o se acaban la reglas de juego por la batalla de la nueva América. Se acabó esta historia. Pido respeto a Venezuela, respeto a la patria de Bolívar. No se metan con Venezuela”, tronó Maduro. “Macri es un presidente demacrado, que no para de hablar de Venezuela. Los gobiernos de derecha que existen en América latina están alebrestados (alzados) contra la Revolución Bolivariana”, sostuvo. Maduro afirmó que “irá con todo” a la cumbre de la Celac. “Nadie me va a callar –indicó–. Voy con todas las verdades, no voy a aceptar abusos de nadie”.
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