Llegaba, en orden cronológico el show de Lizzo, un show a lo grande en muchos aspectos, no solo por el cuerpo de baile. Se presentó como una de las grandes fiestas de la jornada, un repertorio completo con la parte del cuerpo de baile, la música en grande, algún que otro guiño y sus mejores hits, pero ante todo teniendo esa búsqueda de complicidad con el respetable, jugando con ese toque de amor y el poder de la mujer y en nuestro caso Sigur Rós nos espera en su show, en este caso, con un show pensado para vivir la experiencia, en las luces, las canciones y sobre todo una escenografía para vivir un repertorio cargado de algunos hits y con espacio para esas canciones no tan conocidas (por muchos) pero que encajaron perfectamente en el show.
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