Puesto a no entender, a mis amigos turistas de oriente puedo hacer hincapié en las mujeres y también en la mayoría de los hombres. No importa si estamos en Grecia, en la playa, o en Italia en Amalfi, o en Cancún en México, porque todos ,irremediablemente, están vestidos como si estuvieran por entrar a una cámara frigorífica o en el mejor de los casos estuvieran protagonizando una película post apocalíptica y el contacto con el aire fuera a destruirlos? Insisto, no los entiendo, nada más. No los juzgo, no los evito, simplemente no los comprendo. Finalmente debo confesar que el único que me provoca cierto disconfort es el famoso y popular “japonés del barbijo”...Inexplicable, inentendible, irreverente, desconfiado… la contaminación está en Tokio no al lado del mar en Brasil.
Mi amigo el turista japonés es un misterio, pero al mismo tiempo que cada vez que se me plantean cientos de preguntas me encuentro en una disyuntiva imposible de resolver, no quiero conocer la respuesta a mis dudas. Porque sería como saber el truco del mago o conocer el final del chiste y me gustan los magos y me rio con los chistes.
Te cuento del viaje. marcelo lopez. argentina