Las mesas y sillas cultivadas en un laboratorio podrían ayudar a frenar la deforestación, según un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts.
El concepto es similar a la carne cultivada en laboratorio. Los científicos crean estructuras hechas de células vegetales que imitan la madera, pero sin necesidad de talar bosques en el proceso.
El tejido vegetal similar a la madera se cultiva en interiores sin tierra ni luz solar. Las células originales no se derivan de los árboles, sino de una colorida planta con flores llamada zinnia que es nativa de México. Estas células luego se convierten en una estructura rígida utilizando hormonas vegetales.
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“Las células vegetales son similares a las células madre en el sentido de que pueden convertirse en cualquier cosa si se las induce a hacerlo”, dijo el autor del estudio Luis F. Velásquez-García a noticias del MIT.
La madera cultivada en laboratorio se puede manipular para que adopte cualquier forma, al igual que la impresión 3D. Eso significa que teóricamente se podría crear una mesa completamente formada sin la necesidad de tornillos o pegamento.
El equipo todavía está muy lejos de cultivar una mesa, pero dicen que podría significar que seremos capaces de fabricar muebles sin la necesidad de deforestar en el futuro. Aumentar la producción requeriría “una inversión financiera e intelectual significativa”, dicen los expertos, pero creen que podría aliviar el impacto de la silvicultura y la agricultura.
“La forma en que obtenemos estos materiales no ha cambiado en siglos y es muy ineficiente”, dice Velásquez-García.
“Esta es una oportunidad real de evitar toda esa ineficiencia”.
El problema de la madera
Los sistemas actuales para producir estos materiales imponen “demandas insostenibles” al medio ambiente, dice el artículo del equipo, publicado en el Journal of Cleaner Production. Tanto el consumo de madera como el proceso de tala para acceder a tierras cultivables provocaron la pérdida de una superficie de bosque natural de aproximadamente el doble del tamaño de Francia entre 1990 y 2016.
La deforestación no solo elimina la posibilidad de que estos árboles actúen como sumideros de carbono, sino que también pone en riesgo a los animales. Los bosques sustentan alrededor del 80% de todas las especies que viven en la tierra.
La autora principal del artículo, Ashley Beckwith, dice que se inspiró después de visitar una granja para intentar hacer nuestro uso de la tierra más eficiente.
“Eso me hizo pensar: ¿Podemos ser más estratégicos sobre lo que estamos obteniendo de nuestro proceso? ¿Podemos obtener más rendimiento de nuestros insumos?”, dijo Beckwith.
“Quería encontrar una manera más eficiente de usar la tierra y los recursos para que pudiéramos dejar que más áreas cultivables permanecieran silvestres, o mantener una producción más baja pero permitir una mayor biodiversidad”.