Madonna

Publicado el 24 enero 2012 por Esther

Siguiendo con el asunto tratado esta semana, se puede decir que ese deseo de la mujer de romper con la norma vigente y desestabilizar el sistema patriarcal que oprime a la mujer también se aprecia en otros ámbitos culturales, tales como el mundo de la imagen, por ejemplo, en los videoclips o vídeos musicales. Laura Mulvey afirma, con respecto al cine, que los hombres aparecen como sujetos de la historia  y las mujeres como objetos de su mirada. Pero siempre existen excepciones, entre ellas Madonna y su comportamiento como estrella del pop y como mujer decidida y capaz de cuestionar la desigualdad sexual por medio de sus letras y sus imágenes; esta  cantante invierte esta interpretación tradicionalista que sitúa a la mirada del hombre como aspecto dominante y a la mujer como objeto de deseo. En sus vídeos, dedicados fundamentalmente a la creación de imagen, son las mujeres las que toman el mando de las relaciones y aparecen representadas como dueñas de la mirada. Esta gran artista, capaz de mantenerse 20 años en el mundo del espectáculo, sigue hoy día logrando impresionantes ventas y continúa presente en los medios debido a sus innumerables escándalos. Tocarse la entrepierna en algunos conciertos o recurrir a la religión como reclamo de atención a su trabajo han sido actuaciones muy discutidas. 'Hace tiempo que dejé de buscar el reconocimiento de otras personas. Una tiene que hacer lo que tiene que hacer',afirma la diva.

Por su capacidad de representar las contradicciones y misterios de su tiempo hizo que su impacto superase al de rivales de la talla de Prince o el propio Michael Jackson.  Pero para entender el éxito de Madonna y su supervivencia en un mercado exigente y cambiante, hay que tener en cuenta el contexto social de los 80, marcado por un modo de vida patriarcal, puritano, donde los hombres tienen el protagonismo absoluto en el mundo de la música, fundamentalmente en la rama del rock. Es lógico que las adolescentes de su época estén, por una parte, inmersas en un sistema patriarcal al que inconscientemente imitan y obedecen y, por otra, embelesadas ante la oportunidad que representa Madonna de romper con los cánones establecidos y establecer  un modelo de mujer independiente y liberal. Si Madonna fue capaz de enganchar a la juventud con las letras de sus canciones, fue porque abrió en ella una alternativa al sistema establecido, la ruptura de una norma hasta entonces nunca cuestionada.

Sus fans, admiraban fundamentalmente de ella su autosatisfacción, el encuentro de un placer físico que nada tiene que ver con los hombres. 'Es sexy pero no necesita de los hombres... es autosuficiente', llegarán a decir. Mientras la prensa presentaba y presenta el cuerpo femenino como un problema constante donde las espinillas o el tamaño inadecuado de los pechos, entre otras cuestiones, acomplejan a las más jóvenes, Madonna es una forma eficaz y contundente de enseñarlas a amarse a sí mismas. La cantante  representó para la mayoría de las adolescentes la trasgresión de la norma, la creación de una imagen desenfadada y atrevida, la ocasión de miles de mujeres de identificarse con la idea de emancipación, libertad, independencia. Sus vídeos son una clara alusión a un protagonismo hasta entonces vedado a la mujer en los espacios públicos. En ellos se puede ver a las adolescentes en sus mundos reales, participando en las actividades de la calle, haciendo grafitis, fumando, integrándo­se en tribus urbanas o subculturas, bailando, divirtiéndose, incluso delinquiendo. Ahí está el éxito de Madonna; en la exaltación de la feminidad frente al icono masculino de poder y fuerza, como podemos ver en algunos de sus videos, como  'Material girl' o 'Erótica'. Una crítica a la sociedad patriarcal y al papel dominante de los hombres; 'para un hombre ser una mujer sería degradante'  pero en secreto le gustaría saber que se siente, y una defensa a la mujer; 'fuerte por dentro'. A pesar de la inexistencia de referencias sexuales, la MTV la definió como impropia y la censuró. Tal vez por considerarla una ofensa al sistema. Asimismo, expresiones como 'me encantaría ponerte en trance' o 'pon las manos sobre todo mi cuerpo' fueron criticadas por su contenido sexual. De nuevo la mujer dueña de su sexualidad. El erotismo es la forma empleada por Madonna para desterrar el mito de la mujer como objeto sexual y placer para los hombres.

  

En vídeos como 'Like a virgin', Madonna aparece alternativamente representando a una mujer pura y virginal, vestida de blanco, y a una mujer fatal y desenfadada, vestida de negro. En 'Material girl' hace de mujer ambiciosa que domina y es consciente de su control sobre los hombres. Es su forma de burlarse del sistema opresor y de esas absurdas pero arraigas representaciones de la mujer que hace tanto tiempo surgieron en el campo artístico y literario. No sólo denuncia al sistema por medio de sus canciones y sus imágenes. Sus fotografías transgresoras y atrevidas muestran a una clase de mujer muy distinta a las ensalzadas por la publicidad, y su mirada reta desafiante al espectador. Puede que sólo sea su deseo de vender el que le lleve a adquirir y repetir ciertos gestos y actitudes pero está claro que, sea por la razón que sea, Madonna realiza una auténtica crítica a esa ideología dominante que subyuga a la mujer y que sigue vigente en nuestros días.


Como las grandes estrellas, Madonna también contó con detractores. Muchos llegaron a escandalizarse con sus canciones cuando, en realidad, ella lo único que hizo fue mostrar la parte oculta de cada mujer, ese deseo sexual tantas veces reprimido y matado por una sociedad recogida en el recato y contraria a la exaltación de la sexualidad. Su consolidación como artista reside en el mero hecho de exponer públicamente y sin tapujos los eternos temas 'tabú', las propias preocupaciones e inquietudes que miles de adolescentes debían guardar para sí. El pudor salió del armario con esta rubia, pelirroja o morena, una eterna diva que permitió a las mujeres de su época poder valorarse de una forma hasta entonces desconocida, dejar el recato a un lado, expresarse libremente, eliminar la subordinación que las ataba a los hombres.