Madre bloguera... golpeada.

Por Tenemostetas
Por Ileana Medina Hernández

Van a permitirme que el post de hoy no lo dedique a la lactancia materna. Tampoco a la crianza con apego. Pero sí lo voy a dedicar a una madre.
Madre y bloguera, como yo, y como muchas de mis amigas. Tengo más cosas en común con ella: nacimos en Cuba, en los años 70, incluso es posible que nos cruzáramos varias veces en el comedor o en las plazas de la Universidad de La Habana, donde ambas estudiamos carreras de letras.
Yoani Sánchez es bien conocida ya en el lado cubano del exilio, en la blogosfera mundial, y también en el mundo periodístico, pues últimamente ha recibido los más prestigiosos premios de periodismo del mundo. No ha podido acudir a recibirlos: el gobierno de Cuba se lo ha impedido.
El éxito internacional de Yoani no tiene una sola causa. De origen humilde, nació en uno de los barrios más populares de La Habana. Madre casi adolescente, es una cubana de "a pie", de esas que al hablar tiene un cierto punto de desparpajo barriobajero que tanto gusta a los "dictadores del proletariado", que combina sin embargo con un look etéreo y una gran fineza al escribir. Es filóloga, y le apasiona la informática: ingredientes suficientes para convertirse en una gran "blogger".
Yoani no es la primera ni la única persona en Cuba que ha intentado hacer "periodismo independiente" y escribir desde dentro textos críticos contra el sistema. Es tristemente célebre la oleada de detenciones que se produjo en la primavera del 2003, donde fueron arrestadas 75 personas, entre ellas el importante escritor y poeta Raúl Rivero.
Tampoco es la primera ni la única mujer que se ha enfrentado duramente al "régimen": conocida es la biografía de otra escritora cubana, María Elena Cruz Varela,  que intentó crear un grupo político alternativo a principios de los 90 y terminó también golpeada y encarcelada.
Sin embargo, creo que su nombre ha llegado a ser mucho más conocido que los de sus antecesores, por un elemento novedoso y profundamente expansivo: la red.
Ser blogger en Cuba es algo en sí mismo heroico. Las personas físicas no tienen derecho a hacer contratos de internet domésticos, ni a comprar ordenadores libremente (aunque cada vez más funcionarios, periodistas o profesionales que han cumplido "misiones" en el exterior, pueden tener acceso -censurado- a internet en sus oficinas y derecho a comprar ordenadores).
Para los patriarcas cubanos que llevan 50 años en el poder, ningún enemigo puede resultar más escurridizo, difícil y eficaz que una mujer, joven, pacífica, inteligente, con el don de la palabra, y sagaz en el uso de las nuevas tecnologías. Un nuevo enemigo postmoderno y simpático a los ojos del mundo. Territorios todos cuyo poder los militares vetustos desprecian o ignoran, aunque intuyen que es algo "peligroso" e incontrolable, y de ahí todas las trabas que han puesto y ponen contra internet en la isla.
Frente a la gerontocracia, la fuerza iconoclasta de la juventud. Frente al poder masculino, la valentía distinta y visceral de la mujer (repugnante es el machismo que ha intentado desprestigiar a Yoani en su vida privada, en algún blog patético que no voy a mencionar para no derivar visitas hacia allí). Frente a las continuas exhibiciones de fuerza del poder militar, la fuerza incórporea de la ligera palabra digital.
Frente a una sociedad cerrada, con solo un par de canales de televisión y un par de diarios nacionales de pocas páginas controlados directamente por la cúpula más alta del poder político, y concebidos como una máquina de adoctrinamiento con un lenguaje caduco lleno de consignas, estereotipos y frases hechas; se cuela el poder imparable de la red, del nuevo formato blogger y de las redes sociales como Facebook o Twitter, que están siendo la verdadera gran revolución con la que se ha puesto patas arriba el sistema de los medios de comunicación masivos en el mundo entero. Como dijo McLuhan: "el medio es el mensaje".
Las dictaduras no pueden evitar la intromisión en sus predios de estos nuevos espacios de libertad. Cierto que pueden usar las nuevas tecnologías para mayor control sobre los ciudadanos, pero también los ciudadanos van a usarlas para conocer lo que pasa afuera, y para emitir sus propios discursos prohibidos en la isla. En el siglo XX aún podían erigirse con cierta eficacia muros de piedra, pero es cada vez más difícil ponerle muros al ciberespacio. En Facebook coincidimos cubanos exiliados con nuestros propios compañeros que escriben en los periódicos oficiales de la isla, y compartimos con cariño sincero fotos y recuerdos, y también algún que otro debate político más o menos caliente. Cuando Yoani fue secuestrada, golpeada e introducida en un coche de la Seguridad del Estado, una de sus compañeras subió inmediatamente un mensaje a Twitter desde su teléfono móvil. Nada puede volver a ser igual después de esto.
Creo que lo que han premiado los jurados del Ortega y Gasset o del María Cabot, no es precisamente la labor de una periodista. El fenómeno sociólogico en que se ha convertido el blog de Yoani Sánchez demuestra que la Revolución Cubana se ha quedado en el pasado, y que el  más peligroso enemigo de un General de Ejército, es precisamente una rosa, una rosa virtual.