Jugar de igual a igual. Jugamos con ellos igual que las madres hasta los 6 o 7 años, después de esa edad nos embrutecemos y los juegos de luchas por lo general terminan con ellos (o ellas) enojados con nosotros por no dejarlos ganar y cuando tienen 11 o más son ellos los que terminan ganando las luchas ya que no podemos doblegarlos sin lastimarlos y nuestro nivel de cansancio físico nos llega antes por la edad y porque ellos luchan con más fuerza e inteligencia.
Dar seguridad. Las mamás tienden a sobreproteger a los niños mientras que los papás
Imagen. Si te gustan los Simpsons
entenderás esta imagen.
Hombro con hombro. Nosotros por lo general estamos físicamente a su lado ya sea viendo tele, jugando o ayudándolos en alguna tarea física. Mientras ellas prefieren estar frente a frente. Esto aparentemente ayuda a los niños a tener más confianza en ellos mismos y fomenta la iniciativa. Esto no significa que el cara a cara de las madres sea negativo o inocuo; ambas cosas aportan y se complementan.
La aprobación del padre. Un padre no ama más a un hijo que una madre o viceversa, pero los hijos “valoran” más las demostraciones de amor de nosotros ya que somos más exigentes con ellos mientras que las mamás demuestran su amor de forma incondicional sin importar la cagada que se manden.Esto los ayuda a saber que están bien encaminados ya que ese incondicional amor materno no los ayuda a dilucidar el valor del acierto o aprender de los desaciertos.
Insectos. Si una madre ve un insecto en el dormitorio de un niño es capaz de desarmarlo por completo, desinfectar las paredes, lavar toda la ropa de los armarios y hacer un alboroto haciéndole ganar temores e inseguridad a los niños. Mientras que con suerte un padre apenas se dignara a no matarlo contra la pared para no manchar la pintura.En lo personal, salvo que sea un bicho ponzoñoso trato de no matarlo y sacarlo de la casa lo más seguro posible aunque me tome más tiempo ya que creo que es importante inculcarle el valor de la vida a los niños, por más que sea la de un insecto.
Carrancho. Esta es una actividad netamente masculina, por más que lo intenten las madres, no hay como un padre para llevar a carrancho a un hijo.
De seguro muchas madres hacen estas tareas con la misma eficacia que los padres, pero en general estas son tareas hechas por y para los padres. Los padres son dos y se necesitan los dos siempre que se pueda; es una lástima que algunas madres menosprecien el amor de los padres hacia los hijos y crean que como ellas aman no ama nadie. Yo tengo suerte, en casa mi señora valora, respeta e incentiva mi amor hacia mis hijos y el de ellos hacia mí.