Estivill ataca de nuevo con un libro sobre el sueño y esta vez se destapa. "Qué no te quiten el sueño", titula su libro para adultos, que podría bien ser el subtítulo de su "Duérmete niño", que no es otra cosa que una estrategia para que los niños no molesten a sus padres durante la noche y les dejen "dormir del tirón".
Sorprende ver que sus consejos para adultos distan mucho de los ofrecidos para niños. Cualquiera diría que la solución para el sueño del adulto insomne sería decir a su mujer/marido que no le hiciera caso cuando se quejara del sueño que tiene: "Si durmieras por la noche, no tendrías sueño", sería la respuesta estándar... Pero no, vaya, los "mayores" son mucho mejor tratados en esta edición y se les ofrecen consejos que se les niegan a los niños "leer un libro", "tomarse un baño" o "realizar una actividad relajante"...
En fin, que no era este el objetivo de mi post, pero nunca se debe de perder una oportunidad de arengar contra Estivill. La idea que os quería contar hoy es la que se repite cada vez con mayor frecuencia en los grupos de apoyo a la lactancia que coordino. Muchas madres que acuden, además de resolver sus dudas sobre amamantamiento, también plantean sus interrogantes respecto a muchos otros aspectos de la crianza, con especial atención al sueño.
El sueño ocupa un lugar muy importante entre las consultas de las madres. Las dudas son múltiples:
- Se despierta mucho por la noche, por lo que mi leche no le alimenta.
- No se despierta por las noches, por lo que está muy débil y no sé si mi leche le alimenta.
- Por las tardes está muy intranquilo y por la noche mama mucho y no sé si mi pecho se queda sin leche.
- ¿Cómo me voy a organizar cuándo tenga que volver al trabajo si se despierta tanto por las noches?
Respecto a este apartado hay varios aspectos que siempre intento dejar claros siempre que tratamos el tema en los grupos de apoyo a la lactancia:
- La necesidad de mamar del bebé por la noche es normal y deseable, ya que ayuda a regular el nivel de prolactina y a que el organismo de la madre produzca la leche que el pequeño necesita.
- Los bebés por la noche no solo necesitan comer, sino también calor, contacto, cariño, seguridad, confianza, etc. No debemos olvidar que han pasado nueve meses en contacto continuado con su madre y necesitan sentir esa conexión tanto de día como de noche.
- Cuánto más próximos están la madre y el bebé, menos probabilidades hay de que el bebé se salte una toma por la falta de repuesta hacia su comunicación no verbal.
- El colecho favorece el correcto establecimiento de la lactancia materna, lo dice el Ministerio de Sanidad.
- Tan importante es el sueño de la madre como el del padre. Muchas veces la madre se levanta todas las veces por la noche mientras el padre duerme a pierna suelta porque tiene que trabajar al día siguiente. Con todos mis respetos para los padres con profesiones de riesgo (conductores, mecánicos, albañiles, escaladores profesionales, vigilantes de centrales nucleares y similares), me parece mucho más importante que las madres tengan un buen descanso que el hecho de que el padre esté fresco y lozano al día siguiente para "aporrear una tecla". La madre que no descansa, al día siguiente sigue estando al cuidado de un recién nacido y tiene una vida en sus manos.
En familia
No solo las madres hablan libremente del colecho en el grupo de lactancia, quitándose de encima esa losa de secretismo y culpabilidad con las que muchas solemos comenzar esta práctica (yo misma, para empezar), sino que los padres se encuentra entre algunos de los más fervientes defensores de compartir la cama con sus hijos. Muchos de los papás que vienen al grupo colechan con sus hijos, entre otras muchas razones, porque:
- disfrutan
- apoyan la decisión de sus mujeres
- ven que es bueno para sus esposas y sus hijos
- aporta tranquilidad al sueño familiar
- les permite compartir tiempo y contacto con sus bebés y fortalecer el vínculo
Muchas otras familias que acuden a los grupos se encuentran en un periodo de transición. No duermen con sus hijos pero los meten en la cama cuando el papá se va a trabajar o para la última toma y ya se quedan juntos hasta la hora del desayuno. Otras mamás confiesan que alguna noche han dormido con sus hijos para calmarles pero que no han podido pegar ojo en su afán de no moverse, etc.
Para estas otras madres, quizá escuchar las "confesiones" de otras madres tenga un efecto más balsámico que mis asépticas aseveraciones sobre las ventajas del colecho para la lactancia. No en vano, y aunque as asesoras seamos madres, las mujeres que vienen se reflejan más en el espejo de sus pares con hijos de la misma edad o mayores que en el de las asesoras de lactancia.
En estos casos, y como madre que también pasó por esa etapa, me gusta darles algunos consejos, si antes no los ha ofrecido alguna otra de las participantes. El que quizá me parece más importante, es el de montar una cuna en "sidecar", es decir, demosntando un lado de la cuna y adosando esta por su lado abierto a la cama de los padres para que haya una continuidad en las superficies a la hora de dormir.
De este modo, la madre puede deplazar al pequeño hasta su cuna después de la toma, mientras que el bebé sigue respirando el olor de su madre y sintiéndola cercana. De este modo, las necesidades de ambos están cubiertas. La de la madre de dormir y la del bebé de cercanía física y emocional con su figura de apego primaria...
Con el tiempo la mayoría de las madres (y de los padres reacios), acogen al bebé con soltura entre ambos, ya sin miedo a aplastarle o molestarle. El bebé se va haciendo mayor, su cuerpo parece menos frágil, los padres ganan en experiencia, el bebé tiene medios más claros para hacer saber lo que quiere y la familia aprende su camino, más allá de los consejos bienintencionados de terceras personas.
Oposición total
Desafortunadamente, también hay madres que acuden a los grupos y al oír hablar del colecho afirman que "eso no es para ellas". En estos casos, no queda más que explicar y divulgar, tratando de desmontar los mitos. Por lo menos que esa mujer se lleve a casa material para reflexionar y si logramos que esté un poco más abierta a escuchar las demandas por la noche de su hijo sin pensar que "le está tomando el pelo", el esfuerzo habrá sido beneficioso para todos.
Pero, volviendo al principio, cada día me alegra más corroborar el principo expuesto en el título: madre lactante, madre colechante. Por que cada día estoy más convencida de que el colecho, como la lactancia, no hay que hacerlo porque sea "lo mejor" o "lo más beneficioso para el desarrollo neurológico del bebé" o "porque permite descansar mejor" sino PORQUE SE DISFRUTA.